La empresa en la que trabajo tiene problemas, ¿qué hago?

19 mar 2020

6 min

La empresa en la que trabajo tiene problemas, ¿qué hago?
autor
Olga Tamarit

Freelance Content Creator

Hace tiempo que tus jefes no se reúnen contigo, han disminuido los márgenes de beneficio y parece que toda la plantilla anda crispada. ¿Es el fin? Quizá tu compañía haya llegado a un punto crítico de no retorno, pero seguro que antes se han ido produciendo señales que indican que la cosa no marcha del todo bien. Y es que ya lo dicen los expertos, las grandes crisis siempre vienen precedidas de varios síntomas. Si crees que tu empresa está a punto de echar el cierre, anota bien algunos de los pasos a tomar para que los acontecimientos no te pillen desprevenido.

¿A qué retos se enfrentan las empresas?

Uno de los principales rasgos del tejido empresarial en nuestro país es que se crean muchas compañías, pero su esperanza de vida es bastante baja. Los datos son apabullantes: seis de cada diez empresas españolas no sobrevive más de cuatro años, según el INE. Para Eduardo Flores, experto en economía y CEO de Mi director financiero, “el problema esencial de las pymes españolas, las cuales suponen casi la totalidad del tejido empresarial español, es que son muy débiles a nivel financiero y, ante cualquier dificultad, suelen irse a pique”. Pero hay otros motivos que pueden provocar esta situación.

El modelo económico español, que no se ha renovado a pesar de la recesión vivida, también explicaría la escasa longevidad de las iniciativas empresariales. “Ha habido poco espíritu emprendedor, muchas veces por miedo a pedir un crédito y endeudarse”, explica el experto, por lo que muchas empresas quiebran a los cuatro años “porque es cuando toca dar un salto cualitativo y la mayoría no lo consigue”, señala. De hecho, muchos empresarios españoles “son reacios a usar e invertir en nuevas tecnologías”, lo que repercute en la producción.

Otro de los factores que explicarían que la tasa de supervivencia de las empresas españolas sea de las más bajas de los países de la OCDE, estaría relacionado con los retrasos en los pagos. Según Self Bank, aunque el período legal de cobro es de 60 días, muchas pymes tienen que esperar hasta 77 días para recibir sus pagos, lo que afecta gravemente a su solvencia económica. Los casos de impago también provocan falta de liquidez y hace que muchas empresas se vean obligadas a cerrar.

Entonces, ¿cómo puedes tú, como trabajador, identificar que tu empresa está en apuros y cómo reaccionar?

1. Evalúa el estado real de la empresa

Para ser capaz de identificar las cosas no van bien en tu empresa, debes saber leer indicadores y estar atento a los síntomas:

  • Frecuencia inusual de reuniones: Muchas o ninguna, ambos extremos indican que algo va mal.

  • Crispación entre ejecutivos, departamentos y compañeros: Si empiezan a llegarte críticas de unos y de otros, comentarios de compañeros que antes estaban encantados y ahora no aguantan más, es probable que sea indicador de algo más.

  • Pérdida de un cliente o distribuidor importante: Es una pista muy significativa, puede deberse a problemas externos o internos; por haber reducido la calidad, haber aumentado el plazo de entrega, estar ofreciendo un peor servicio…

  • Descenso del margen de beneficio: Si el descenso es cada vez mayor, entonces algo no está yendo bien y a la larga habrá problemas.

  • Ausencia de amortización, reinversión o renovación: Es una señal de que financieramente no se está actuando de forma correcta.

  • Existencias inmovilizadas y/o retraso en las entregas: Si las mercancías no se mueven tienden a quedarse obsoletas, un indicador de que no se está produciendo la rotación que debería darse.

En estos casos, según Sabina García Jiménez, profesora de relaciones laborales y seguridad social de la Universidad de Comillas y experta laboralista, “con independencia de que puedas hablar con tu mánager y pedirle la información que consideres oportuna,lo más aconsejable es hablar con los representantes legales de los trabajadores en la empresa”. En caso de no tener representante legal, el estatuto de los trabajadores prevé la figura de la comisión ad hoc para que los trabajadores estén informados en todo momento de lo que está ocurriendo en la misma.

En caso de que el cierre temporal, parcial o definitivo de la empresa se haga público, la administración de cada Comunidad Autónoma tiene todos los canales de información precisa y necesaria.

2. Conoce tus derechos

El despido es la medida más dura que puede tomar una compañía respecto a sus trabajadores, pero cuando en una empresa se plantea una situación de crisis –bien por causas económicas, técnicas, organizativas o de producción­– no siempre se toma la medida más drástica.En muchas ocasiones se opta por otras soluciones mucho menos dañinas para la plantilla como pueden ser las reducciones de jornada, como los ERTE (con una la suspensión temporal de los contratos), los ERE de extinción o los ERE de suspensión…

Derecho a estar informado

De entrada, como trabajador, tienes derecho a que se te informe de todo cuanto ocurra, “no solo tienes derecho a la información verbal, sino a que se te informe de toda la documentación que acredite las causas que la empresa va a esgrimir para adoptar esas medidas determinadas”, aclara García Jiménez.

En el caso de optarse por un ERE o ERTE, habrá un periodo de negociación. “Dependiendo de las causas y del procedimiento que se establezca, se comunicará también a la autoridad laboral –en este caso a las Consejerías de Empleo de cada Comunidad Autónoma que son las que tienen las competencias–, que deberá pronunciarse al respecto”, explica Sabina García Jimenez.

Derecho a indemnización

En todas estas medidas, pero especialmente en los ERE de extinción de empleo, habrá un segundo periodo en los que se podrá negociar los días de indemnización por año trabajado que corresponden al trabajador (con un mínimo 20 días), y la indemnización.

En casos excepcionales, también se pueden aplicar otras medidas. Recientemente, el Gobierno ha anunciado una serie de mecanismos especiales para paliar los efectos ocasionados por la crisis del COV-19:

  • la movilización de 200.000 millones de euros (la mayor cifra de la historia reciente de España, equivale al 20% del PIB español)

  • la promesa de que los despedidos por ERTE cobrarán el subsidio por desempleo aunque no cumplan los requisitos de cotización previa.

3. No dejes de ser profesional

Ante todo, no pierdas los papeles. Intenta mantener la misma relación con tus compañeros y tu mánager y no alimentar cotilleos ni sospechas con ninguno, por mucha confianza que hayas entablado. Hacerlo puede crear mal ambiente en el equipo, lo que acabará por repercutir de forma negativa en la productividad del departamento.

Renunciar a tu puesto de trabajo cuando las cosas comienzan a ir mal en la empresa puede no ser una buena idea: si no lo haces y la compañía logra recuperarse del bache,serás uno de los que permanecieron fieles cuando todo se venía abajo.

En el peor de los casos, si la empresa cierra, podrás optar a la prestación por desempleo y habrás acabado en buenos términos tanto con la empresa como con tus compañeros, lo cual puede ser especialmente importante para tu futuro profesional.

Este fue el caso de Óscar F. cuando se enteró de que la empresa de alimentación en la que trabajaba como informático estaba a punto de quebrar y quiso mantenerse en el barco hasta el final. “Quizá muchos pensaron que estaba perdiendo el tiempo, pero sentía el deber de hacer mi trabajo bien hasta que todo acabara. En menos de un mes ya estábamos todos en la calle. Al cabo de un año, un antiguo compañero contactó conmigo para proponerme participar en un negocio de e-commerce, me dijo que le había impresionado mi actitud y que me necesitaba en su equipo”, cuenta Óscar.

4. Prepara un plan B

Y aunque es cierto que la lealtad puede verse recompensada a largo plazo, trabajador precavido, vale por dos. Es por ello que, tanto como si hace tiempo que estás viendo movimientos sospechosos en tu empresa como si ya sabes que hay posibilidades reales de cierre o ERTE, el mejor paso que puedes dar es preparar un plan alternativo para tu futuro.

Inicia la búsqueda empleo

Es muy posible que antes o después tengas que enfrentarte a una nueva búsqueda de empleo, por lo que es buena idea empezar a analizar las empresas donde tu perfil podría encajar y a preparar posibles candidaturas y cartas de presentación.

Sin embargo, buscar trabajo mientras aún se ocupa otro puesto precisa de organización y discreción. Por ello, intenta no comentar con tus compañeros ni en redes sociales que estás buscando otro empleo y no mandes correos electrónicos ni contestes a llamadas de ofertas de trabajo en tu horario laboral.

Piensa en nuevas posibilidades de formación

Cuando la empresa de productos tecnológicos donde Carmen N. trabajaba cerró sin previo aviso para establecerse en Costa Rica, esta trabajadora atravesó momentos complicados. “Lo pasé realmente mal, pilló en plena crisis y estuve dos años buscando empleo sin resultado”, explica. Mientras esperaba a que la situación mejorase, se dedicó a formarse y estudiar, sobre todo idiomas. “Ahora trabajo como administrativa de exportación gracias a lo que aprendí en esos años”, cuenta Carmen. Este periodo, sin embargo, no solo le sirvió para conseguir un mejor empleo: “esa etapa me ayudó a valorarme y darme cuenta de que soy capaz de muchas cosas”, apunta Carmen.

Pon en marcha tu red de contactos

Utiliza tu red de contactos para averiguar en qué empresas pueden estar buscando un perfil parecido al tuyo.Identifica a tus contactos más interesantes, háblales de tu situación y trata de mantenerte conectado y localizable.

Mantén la calma e intenta ser proactivo mientras esperas noticias sobre cuál es la situación real de tu empresa. Quizá solo esté atravesando una mala racha y los problemas puedan solucionarse con algunos reajustes. Pero incluso si el peor escenario posible llega a producirse y la empresa se ve obligada a efectuar despidos o incluso a cerrar, dispondrás de un periodo de margen para replantear tu futuro. Intenta mantener siempre la profesionalidad y recuerda que, aunque se trate de una situación complicada, puedes salir reforzado. ¡Ánimo!

Foto de WTTJ

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