“Tengo dos trabajos que no se parecen en nada”, testimonios

21 dic 2020

5 min

“Tengo dos trabajos que no se parecen en nada”, testimonios
autor
Juanjo Villalba

Periodista

Tener dos o incluso más trabajos no siempre es fruto de la necesidad. Hay personas que, impulsadas por una determinada pasión, deciden dedicar su vida laboral a varias profesiones que aparentemente no tienen nada que ver. Solo en ocasiones, consiguen mantener un equilibrio perfecto entre ambas. Hemos hablado con cuatro barceloneses que nos cuentan su experiencia y también cómo consiguen organizarse sin morir en el intento.

Cristian (27), conductor de autobús y cuidador de caballos

“Lo que más me gusta de trabajar con animales es la desconexión”

Mi madre trabajaba de monitora en autobuses junto a personas con diversidad funcional y en rutas escolares, así que yo empecé dedicándome a lo mismo. El ambiente laboral del sector me gustaba, pero lo que más me atraía era conducir, así que decidí empezar a sacarme poco a poco los carnés necesarios para ser conductor de autobús. Obtuve los permisos y acabé opositando para trabajar en las líneas urbanas de autobuses de Barcelona, donde estoy actualmente.

Aunque lo de trabajar con caballos es más reciente y tiene una historia curiosa. Hace un par de veranos conocí a alguien en la playa y durante la charla me contó que se dedicaba a la cría de equinos. Yo nunca había tenido contacto con ese mundo, pero me resultó curioso y comencé a investigar por mi cuenta: cuánto costaba comprar un caballo, el establo, alimentarlo… Hice números y decidí comprar uno. Me hice con un caballo sin domar de unos dos años. Me encantaba pasar tiempo con un animal salvaje y domarlo poco a poco para poder terminar montándolo. Una vez domado, me ofrecieron dinero por él y lo vendí a una cuadra de Suiza. Desde entonces, me dedico a la cría de caballos: vendo caballos criados aquí a cuadras en Suiza, Alemania, Holanda y Francia.

Por las mañanas, me dedico a los caballos y por la tarde al autobús. Existe un gran contraste entre conducir un autobús —el tráfico, las preguntas de gente, el estrés de una ciudad— y llegar al campo, a la montaña, y estar con los caballos, salir a pasear con ellos, enseñarles cosas y ver su progresión. Lo que más me gusta de trabajar con animales es la desconexión.

image Cristian, con uno de sus caballos.

Antonio (31), profesor de idiomas y actor

“Me apasionan los idiomas porque me gusta expresarme y comunicarme con los demás”

Nací en Bucarest, Rumanía, pero llegué a España hace 16 años. Primero viví en Segovia y luego en Barcelona. Durante la crisis del 2008, probé con Suecia, Inglaterra, Dinamarca y Noruega, pero finalmente volví a Barcelona. Como consecuencia de todas mis idas y venidas, he aprendido muchos idiomas a lo largo de mi vida: he estudiado francés, inglés, noruego y, al llegar aquí, español.

Empecé trabajando en la hostelería, casi siempre porque era lo que me resultaba más rápido encontrar, y que también me sirvió para compaginarlo con los estudios de bachillerato y después con los universitarios. Pero siempre me han apasionado los idiomas porque me gusta expresarme y comunicarme con los demás. Desde pequeño fui consciente de que los idiomas me proporcionarían una cierta libertad: si podía hablar, también podría viajar, trabajar e integrarme en otros lugares. Por eso me dediqué a estudiar tantas lenguas como pude. De esta forma, podría comunicarme con quien quisiera.

Ha sido duro, pero al final he conseguido un nivel de conocimientos lingüísticos que me permite enseñar a los demás. Disfruto de mi trabajo de profesor, porque creo que ayuda a otras personas a conseguir lo que yo buscaba: abrir mi abanico de oportunidades y tener una mejor calidad de vida.

Pero además de mi pasión por los idiomas, siempre he tenido una parte artística y me encanta expresarme a través de la fotografía o contando historias. El cine me fascina, así que decidí seguir también este camino y matricularme en una escuela de actores en Barcelona. A día de hoy, he participado en varios rodajes y también he producido una película que actualmente estoy editando. No tengo problemas para compaginar ambos trabajos, aunque, debido a la pandemia, actualmente trabajo de forma remota: imparto las clases desde mi casa y los castings han sido sustituidos por vídeos que grabo con la ayuda de mi pareja.

Emma (28), contable y psicoterapeuta

“Ambos trabajos implican ayudar o acompañar a otras personas, ese es mi principal propósito”

Tengo dos trabajos que a priori parecen muy diferentes. Pero en realidad yo creo que, aunque hago cosas muy distintas, ambos consisten en ayudar a la gente.

Por un lado, ayudo a las personas a gestionar sus negocios. Acostumbran a ser empresas pequeñas, les llevo las cuentas, reviso su situación económica y les asesoro en cuestiones financieras. Yo ya había trabajado en los departamentos de finanzas de grandes empresas, pero un día, una amiga psicóloga me comentó que un paciente suyo necesitaba a alguien para que le gestionara sus finanzas. Nos puso en contacto y empecé a ayudarle con su negocio. El trabajo me gustó mucho porque no tenía nada que ver con el trabajo que se desempeña en una empresa más grande. Es más cercano, conoces a las personas y sus problemas.

Por otro lado, debido a que siempre tuve interés en la psicología y las personas, decidí realizar un curso de terapeuta especializada en terapia Gestalt (una forma de la psicoterapia utilizada para tratar procesos como la angustia, los miedos, las crisis personales o los problemas de autoestima ayudando a la persona a que tome conciencia de sí misma, nota de la redacción) y ahora ofrezco sesiones individuales con gente que necesita acompañamiento terapéutico para gestionar situaciones de su vida. Mi trabajo es ayudarles con mis herramientas, experiencia y recursos. Esta ocupación tiene cada vez más peso en mi vida: fue creciendo poco a poco, comencé a tratar a varias personas cercanas y pronto conseguí tener más clientes.

Como los dos son trabajos muy flexibles, no tengo problemas para compaginarlos. Tengo mucha flexibilidad y gestiono mi tiempo de la forma más cómoda para mí: cada semana concierto por un lado las horas de las sesiones con mis pacientes y, por otro, las visitas a las empresas de mis clientes. De hecho, me gusta llevar este ritmo, porque siempre he disfrutado haciendo cosas distintas en mi vida. También tengo muchas aficiones, estudio y hago mil cosas. Ambos trabajos implican ayudar o acompañar a otras personas, claramente ese es mi principal propósito.

Julio (44), saxofonista y arquitecto

“Lo que más me gusta de mis dos trabajos es la autonomía”

Soy de Brasil, arquitecto de formación, pero siempre he tenido la música muy presente. Estuve a punto de estudiar para ser músico profesional, pero al final me decanté por la arquitectura. Tras unos años en mi país dedicándome a esa profesión, decidí que quería dedicarle más tiempo a la música y pensé que sería buena idea venirme a vivir a Barcelona.

Cuando llegué a España, me dediqué a profundizar en el estudio del saxo y practicaba mucho para mejorar. Al mismo tiempo, empecé a trabajar como delineante y como arquitecto a pie de obra, siempre como autónomo y para empresas pequeñas, sobre todo de amigos. Y mientras tanto, seguía tocando.

A lo largo de todos estos años, tanto la música como la arquitectura han estado presentes en mi vida, pero una siempre ha tenido más peso que la otra: al principio pesaba más la arquitectura, pero, con los años, la música ha ido ganando terreno. He seguido teniendo trabajos relacionados con la arquitectura, como las clases en una escuela de Barcelona, pero mis energías se han centrado en tocar en salas o en grupos.

Lo que más me gusta de mis dos trabajos es la autonomía. Ser libre y poder gestionar el tiempo que tengo, por ejemplo, para viajar. Aunque lo cierto es que tampoco puedo tomarme muchas vacaciones porque siempre que voy a mi país sigo tocando o trabajando en remoto en proyectos de arquitectura. El coronavirus ha cambiado todo eso y me ha hecho replantearme mi vida. El sector de la cultura es muy precario y ahora está totalmente congelado, así que en 2021 mis ocupaciones van a tener que estar más niveladas. No pienso dejar de tocar, pero voy a empezar a dar clases de software de arquitectura.

Foto de WTTJ

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