¿Cómo reaccionar cuando un compañero se inmiscuye en tus tareas?

08 mai 2020

5min

¿Cómo reaccionar cuando un compañero se inmiscuye en tus tareas?
auteur.e
Marianne Shehadeh

Créatrice de contenus @ Point Virgule

Todo lo que querías era hacer tu trabajo, llevarte bien con todos en la oficina y participar en la vida de la compañía. Pero todo ha cambiado desde que notaste que tu compañero invade poco a poco tu terreno. Te has dado cuenta de que se apropia de tareas que son tuyas y esto te perturba. Contacta a un cliente para abordar un tema del que te sueles ocupar tú, organiza reuniones en tu lugar, toma decisiones sin pedir tu opinión en un proyecto del que eres responsable, se inmiscuye en una conversación por correo en la que nadie pidió su opinión… En pocas palabras, se pasa de la raya. Por tu parte, te cuesta entender su actitud y se te hace difícil mantener la calma. ¿Por qué se comporta así? Y sobre todo ¿cómo solucionar este problema sin que te afecte? Te contamos cómo abordar la situación con serenidad para que puedas poner fin, de una vez por todas, a esta invasión de tu terreno.

Sabemos cómo te sientes. Nunca es agradable descubrir que un compañero se entromete en tu trabajo. Este tipo de situación puede provocar sentimientos desagradables, como pérdida de confianza en ti mismo, sensación de fracaso, pérdida de credibilidad, ira, incomprensión, etc. Más allá de cómo te puede hacer sentir, se trata de un problema que también puede generar tensión y provocar conflictos a mayor escala. Así pues, es importante mantener buenas relaciones con los compañeros por el bien de todos los colaboradores y el funcionamiento de la empresa. A continuación, te damos algunas claves para ayudarte a lidiar con esta situación tan delicada.

1. Intenta entender por qué tu compañero se entromete en tus tareas

Probablemente te preguntes cómo has llegado a este punto. La respuesta a esta cuestión podría ser la clave para poner fin al problema. Lo más recomendable es intentar entender por qué tu compañero se comporta de tal forma confrontándolo al respecto. Esto te permitirá tomar distancia y plantearle el tema con calma. Para lograrlo, debes analizar los hechos haciéndote las preguntas adecuadas, tanto sobre sobre este compañero de carácter dominante como sobre ti mismo:

  • ¿Se trata de alguien que es nuevo en la empresa y no sabe exactamente cuáles son los límites de sus tareas?
  • ¿Tu cargo tiene una descripción bien definida? ¿Y el suyo?
  • ¿Has considerado que tu compañero tal vez solo desee ayudarte? ¿Das la impresión de necesitar ayuda en algunas tareas?
  • ¿Él o ella creen que pueden hacerlo mejor o avanzar más rápido que tú?
  • ¿Por qué razones tu compañero podría adoptar esta actitud? ¿Quizás es para atribuirse el crédito ante tus superiores?
  • ¿De verdad es su decisión entrometerse en tu trabajo o ha recibido la orden de hacerlo?

Al igual que con cualquier otra situación problemática, es fundamental identificar la raíz del problema para encontrar una solución. Esta es la única forma de decidir qué medidas tomar para resolver el asunto.

2. Deja a un lado las emociones

Antes de dar tu opinión, intenta tomar distancia respecto a la situación y no dejarte llevar por las emociones. Tanto si sientes que han herido tu ego, como si estás bloqueado o enfadado, intenta dejar tus emociones de lado para ser lo más objetivo y realista posible. De nada sirve quejarte en este momento, pues podría parecer que te haces la víctima o que eres un quejica. Así pues, es mejor soltar todos los sentimientos que podrían restar claridad o tergiversar el mensaje que deseas transmitir.

Sandrine, psicóloga ocupacional, respalda este consejo: “Deja de lado las emociones. Si te enfadas, proyectarás una imagen equivocada. Los demás no verán con buenos ojos este tipo de comportamiento y, al final, te impedirá obtener el resultado que deseas”. Incluso si confrontas directamente al compañero en cuestión, evita descargar toda tu frustración y rabia sobre él, pues esto sería contraproducente. “Por el contrario, cuando te comunicas con calma y serenidad, captas la atención de tu interlocutor y ganas su respeto”.

3. No te desahogues con el resto de compañeros

A menos que tengas personas de confianza en la empresa, evita hablar de lo que te preocupa. Esta situación podría ser percibida de mil y una formas e implicar, de manera directa o indirecta, a otros compañeros que no deberían estar involucrados. Además, tus palabras podrían malinterpretarse y llegar hasta la persona equivocada. ¿Conoces el juego del teléfono escacharrado? Funciona de la misma forma: corres el riesgo de que se distorsionen tus palabras, puesto que cada persona las interpreta a su manera. Incluso podrían volverse en tu contra: en este caso, se te podría acusar de no informar sobre la situación a las personas pertinentes o capaces de tomar medidas al respecto, así como de manchar de manera malintencionada la reputación de un compañero.

4. Habla con quien invade tu terreno

Después de tomar todas las precauciones anteriores, puedes comenzar a plantear la situación al compañero que pisotea tu espacio. Si la confrontación te incomoda o se te hace difícil, y sobre todo si crees que podría ocasionar un conflicto, te recomendamos utilizar el método DESC. Se trata de una técnica muy popular en el ámbito de la gestión, pero que también puede ser útil para resolver desacuerdos entre compañeros. Consta de cuatro etapas:

  • Describir los hechos de manera objetiva (por ejemplo: “He notado que algunas de tus tareas forman parte de la descripción de mi puesto”).
  • Expresar cómo te hace sentir la situación (“esto me hace dudar/me molesta”).
  • Sugerir a tu interlocutor que proponga una solución (“¿Qué piensas?/¿Cuál es tu opinión al respecto?”).
  • Cerrar la conversación de manera positiva (“Me alegra que hayamos hablado sobre esto”).

Después de este intercambio, tal vez descubras que tu compañero no se daba cuenta de su error y está dispuesto a remediarlo. Al expresar vuestros puntos de vista, también podríais percataros de que las descripciones de vuestros cargos son muy similares o que vuestros puestos están mal definidos. Quizás hasta podríais alcanzar un acuerdo o, quién sabe, empezar a trabajar juntos. Esto te liberaría de algunas tareas y enriquecería el proyecto común, pues se llega más lejos en equipo. En el peor de los casos, si la persona se niega a reconocer el problema, sabrás que debes recurrir a tu superior o a la dirección para encontrar una solución.

5. Informa a tu responsable sobre la situación

Si después de hablar con tu compañero no ves ninguna mejora, te envía a paseo o sigue inmiscuyéndose en tus tareas, informa a tu superior sobre el problema y conserva una copia de tu mensaje por precaución (puede ser un correo, una carta, etc.). Prepárate para conversar con tu responsable y resaltar el valor de tu puesto y habilidades. Puedes basarte en la descripción de tu cargo, lo que te permitirá recordarle cuáles son tus tareas, el papel que desempeñas en la empresa, por qué te uniste a la compañía y qué has logrado en tu tiempo allí, etc. Después,describe la situación, siempre de manera objetiva, sin dejarte llevar por las emociones ni acusar a nadie. Por último,explica cómo este problema afecta tu desempeño, el buen funcionamiento del equipo e incluso tu bienestar en el trabajo.

Después de esta conversación, tienes todo el derecho de pedir a tu mánager que delimite las tareas de tu puesto o vea en qué puntos pueden coincidir con las de otra persona. Si el compañero que invade tu terreno forma parte de tu equipo, tu superior podría organizar una reunión entre los tres para alcanzar un acuerdo y definir la naturaleza y los límites de las tareas de cada uno. Por el contrario, si es de otro equipo, sus respectivos responsables podrían reunirse (con o sin vosotros) para encontrar una solución. Finalmente, si después de las reuniones las decisiones de tu (o vuestros) encargado(s) no bastan para solucionar el conflicto, será necesario recurrir al siguiente nivel de la jerarquía (es decir, al superior de tu superior).

No permitas que te torture una situación que puede llevarte a perder la confianza en ti mismo. Recuerda que la empresa te contrató porque confía en ti y en tus habilidades. Así pues, no olvides el consejo de Sandrine, psicóloga ocupacional, de no tomarte a pecho las actitudes que podrían afectar tu ego o tu estado de ánimo. La meditación, los ejercicios de respiración y la autosugestión son algunas herramientas básicas que podrían ayudarte a lidiar con tus emociones y reacciones. Lo más importante es ser consciente de lo que vales y del papel que tienes en la empresa, pues esto es lo que te permitirá reestablecer el orden con integridad, respeto y determinación.

Traducido por Andreína Gil

Foto de WTTJ

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