Cómo superar la falta de confianza en ti mismo en el trabajo

04 sept 2020

7 min

Cómo superar la falta de confianza en ti mismo en el trabajo

¿Alguna vez te has dicho cosas como “nunca seré capaz de lograrlo” o “de todas formas no sirvo para esto”? Tranquilo, es algo totalmente normal. Pocas son las personas que en algún momento de su vida no han despreciado o denigrado sus propias habilidades. Por desgracia, la falta de autoconfianza en el trabajo puede suponer un verdadero obstáculo a la hora de valorarse plenamente y de aprovechar las oportunidades que se presentan. Pero ¿cuál es la raíz de esta falta de confianza? ¿Y qué podemos hacer para enfrentarnos a ella en el trabajo?

Los orígenes de la falta de confianza en uno mismo

Según el psiquiatra francés Frédéric Fanget, autor del libro OSER: thérapie de la confiance en soi (“Atreverse: terapia de la confianza en uno mismo”), “la confianza en uno mismo es mucho más que un mero engranaje de nuestro funcionamiento mental: es el núcleo de una pirámide que tiene como base la autoestima, adquirida a una edad muy temprana, y que se exterioriza en forma de autoafirmación. Se trata por tanto de un elemento fundamental de nuestra personalidad y, cuando se agota, aparece el sufrimiento”. La autoconfianza podría definirse como la imagen que tenemos de nosotros mismos y de nuestra mayor o menor capacidad para reaccionar ante una situación determinada, y por lo tanto está vinculada a las creencias o prejuicios que tenemos sobre nosotros mismos. Por desgracia, estos no siempre están justificados y pueden llegar a obstaculizar nuestro desarrollo personal.

Este tipo de creencias tienen su origen en nuestras experiencias pasadas, y en particular en nuestros fracasos, pero también en la forma en que los adultos que nos rodeaban, como los padres o los maestros, reaccionaron ante dichas experiencias. ¿Una mala nota en un examen hizo que recibieras comentarios como “me has decepcionado mucho”, o por el contrario se habló de ella como algo en lo que deberías trabajar para mejorar? Ciertamente, los comentarios degradantes sobre nuestras habilidades del tipo “no eres bueno en esto” o “nunca lo lograrás” contribuyen a la construcción de estas creencias negativas. Pueden dañar la imagen que tenemos de nosotros mismos y a menudo dan lugar a pensamientos autocríticos como: “No soy capaz de…”, “nunca soy lo suficientemente bueno” o incluso “necesito sentir que la gente me quiere”. Con el tiempo, estos pensamientos negativos relativos a la falta de autoconfianza acaban por mermar nuestra capacidad para alcanzar nuestro verdadero potencial.

Si bien la falta de confianza puede agudizarse en ámbitos específicos de nuestra vida, como el trabajo, rara vez se limita a uno solo. Las personas que carecen de confianza en sí mismas suelen experimentar dificultades en un sentido mucho más amplio. Este es el caso de Caroline, de 28 años, que trabaja como gestora de proyectos y ha accedido a contarnos su experiencia.

¿Cuáles son las consecuencias de la falta de autoconfianza?

La falta de confianza en uno mismo conduce a emociones negativas como pueden ser el miedo (al fracaso o a no ser querido, por ejemplo), la culpa (pensar que siempre somos responsables cuando las cosas no salen como nos gustaría), la vergüenza o un sentimiento de exclusión. A su vez, estos pensamientos terminan por influir en nuestro comportamiento. Si, por ejemplo, lo que sentimos es miedo, seremos más propensos a adoptar un comportamiento defensivo, como intentar planearlo todo hasta el más mínimo detalle, en un intento por evitar que se produzcan situaciones inesperadas en nuestra vida diaria.

¿Qué impacto tiene en la vida profesional?

En el trabajo, la falta de autoconfianza puede conducir a repetidos fracasos o al aislamiento, lo que a su vez puede obstaculizar el desarrollo profesional. Así, si nos sentimos incapaces de reconocer nuestra aptitud para asumir nuevos proyectos y nuevas responsabilidades, es poco probable que progresemos. Fue lo que vivió Caroline en su trabajo anterior: “Cada vez que se me presentaba una oportunidad que podría haber aprovechado y que podría haberme ayudado a progresar, me autoconvencía de que era demasiado difícil para mí y al final siempre la dejaba pasar. Durante mi primera evaluación anual, mi jefa mencionó mi falta de confianza en mí misma. Me dijo que tenía que asumir más riesgos y lanzarme a la piscina más a menudo. Fue entonces cuando me di cuenta de que si hubiera tenido más confianza en mí misma, podría haber hecho más cosas. Estaba perjudicando mi evolución profesional”.

La falta de autoconfianza también suele provocar un sentimiento de frustración e incluso de ira, porque nos impide hacer cosas que realmente podríamos o querríamos hacer. Es un círculo vicioso: la acumulación de fracasos causados por esta falta de autoconfianza a menudo no hace más que empeorar el problema, estrechamente relacionado con el miedo al fracaso. Ignorar una tarea o un problema para así evitar un posible fracaso no solo hace que nuestro recelo aumente, sino que además nos impide alcanzar un posible éxito que nos ayude a recuperar la confianza en nosotros mismos. Por tanto, cuanto más evitemos un tema o una situación, más lo percibiremos como un peligro debido a nuestro miedo a abordarlo de frente.

Así, si carecemos de confianza en el ámbito profesional, corremos el riesgo de adoptar comportamientos de evasión y, como resultado, es probable que evitemos ciertas situaciones, como hablar en público, gestionar documentación sensible, proponer un proyecto que nos entusiasme o defender nuestras propias opiniones. La falta de autoconfianza también puede suponer un obstáculo durante el proceso de contratación, especialmente cuando tenemos que “vendernos” ante los demás, y nos impide salir de nuestra zona de confort y aprovechar las nuevas oportunidades que se nos ofrecen.

¿Cómo “curar” la falta de autoconfianza?

La buena noticia es que la falta de confianza en uno mismo no es un estado inmutable, sino una dimensión de nuestra personalidad que puede trabajarse. Las sesiones de orientación o de psicoterapia pueden ser de gran ayuda en este sentido, pero también existen otros ejercicios que pueden, poco a poco, ayudarnos a recuperar la confianza en nosotros mismos. A continuación te mostramos algunos de ellos.

1. (Re)aprende a hablarte de manera más positiva

Como ya hemos mencionado, las creencias o prejuicios que tienes sobre ti mismo componen la base de todo este proceso de desvalorización, ya que te mantienen en un estado constante de insatisfacción personal. Por eso, es vital (re)aprender a tener un discurso interno más amable y positivo. Por ejemplo, puedes empezar por dejar de autocriticarte cuando hagas algo que no consideres suficientemente bueno. En lugar de pensar o decir automáticamente cosas como “qué tonto soy” o “está claro que no tengo remedio”, trata de controlar estos pensamientos y de hablarte de una manera más positiva. Intenta imaginar a un ser querido hablándose de esa manera delante de ti. Probablemente intentarías ayudarle a poner las cosas en perspectiva y no le dejarías que hablase así de sí mismo, ¿verdad? Pues entonces, a ti te toca hacer lo mismo. Y es que, por norma general, tendemos a ser más amables con los demás que con nosotros mismos.

2. Acepta tus puntos fuertes y reconoce abiertamente tus debilidades

Puesto que nadie necesita ser perfecto para ser querido o valorado, es necesario aprender a conocerse mejor. Hacer un balance de tus recursos y sus límites te ayudará a consolidar o reconstruir tu autoconfianza, así que intenta elaborar una lista de tus puntos fuertes y tus debilidades tratando de ser lo más objetivo posible. Algo que también puede ayudarte es anotar los comentarios positivos que te hace la gente. Eso es porque, cuando carecemos de autoconfianza, tendemos a quedarnos únicamente con las cosas negativas y a ignorar todos los elogios que nos hacen. Ponerlos por escrito te ayudará a ser más consciente de ellos y te permitirá tener una visión más equilibrada cuando recibas una opinión negativa.

3. Tómate tu tiempo para revisar tus logros del pasado

A menudo, cuando nos falta confianza en nosotros mismos, nos resulta difícil tener en cuenta nuestros éxitos del pasado, por lo que acabamos dudando constantemente de nuestras habilidades. Al revisar nuestros logros pasados, nos daremos cuenta de que en su momento fuimos capaces de recurrir a recursos con los que no sabíamos que contábamos. Es más, hacer un balance de todo lo que has hecho en los últimos meses puede resultar un ejercicio interesante, ya que te permite ser consciente de todos los logros que has alcanzado pero que podrías haber olvidado o minimizado.

La mejor manera de hacerlo es correlacionando cifras, como: “He alcanzado mi objetivo de nuevas contrataciones en los últimos tres meses: seis perfiles de gestión de proyectos, cuatro perfiles de director de proyectos, etc”. Para Caroline, reunirse dos veces al mes con su jefa para hacer un balance le permitió darse cuenta de todo lo que estaba logrando y de las áreas en las que realmente aportaba valor: “Gracias a nuestras reuniones, me di cuenta de que realmente estaba consiguiendo muchas cosas. Hacer un balance me permitió ver mis progresos y mis logros y ganar un poco más de confianza en mí misma”.

4. Fortalece tus habilidades

La jefa de Caroline le dio el siguiente consejo: “Elige uno o dos temas que te interesen e invierte tu tiempo en leer y aprender sobre ellos. Puede que no termines sabiéndolo todo, pero ganarás mucha experiencia”. Y eso hizo. “Gracias a este consejo, me ofrecí los medios necesarios para convertirme en una experta en ciertos temas y me di cuenta de que me resultaba más fácil confiar en mí misma y hablar de mí”, afirma. Ciertamente, el fortalecimiento de tus habilidades te ayudará a sentirte más seguro de ti mismo, ya que contribuirá a desmontar esos sentimientos de inseguridad.

5. Habla de ello y busca ayuda

Hablar de problemas personales a veces resulta difícil, ya que puede hacernos sentir vulnerables ante los demás. Pero hablar y trabajar con un profesional, ya sea un psicólogo, un psicoterapeuta o un orientador, puede ayudarnos a desarmar nuestras creencias y a superar esa falta de confianza. Un jefe comprensivo también puede suponer un verdadero apoyo a la hora de consolidar o reconstruir tu autoconfianza en el lugar de trabajo.

La confianza en uno mismo, especialmente en el trabajo, es un tema que nos ha afectado a todos en algún momento de nuestras vidas. Una pérdida de confianza provocada por un fracaso profesional, como un despido o un período de desempleo, también puede llegar a afectarte en tu vida cotidiana. Sin embargo, este proceso no es inevitable, y siempre es posible recuperar la confianza si nos decidimos a trabajar en ello. Para Caroline, esta experiencia dentro de su empresa le permitió trabajar en su autoconfianza en el trabajo y además le animó a embarcarse posteriormente en un proyecto por su cuenta para trabajar en algo que tuviera más sentido para ella. Así que, ¿por qué no sigues el ejemplo de Caroline y te atreves a creer en ti mismo? ¡Nunca es demasiado tarde!

Traducido por Rocío Pérez

Foto de WTTJ

Sigue a Welcome to the Jungle en Facebook, LinkedIn, Instagram o Twitter y suscríbete a nuestra newsletter para recibir nuestros últimos artículos.

Las temáticas de este artículo