Por qué dibujar puede ser la clave para resolver problemas y vender ideas

03 feb 2020

5 min

Por qué dibujar puede ser la clave para resolver problemas y vender ideas
autor
Aglaé Dancette

Fondateur, auteur, rédacteur @Word Shaper

Estás en una reunión, esforzándote por entender la presentación PowerPoint de tu compañero, pero por más que lo intentes, no logras seguir el hilo, las cifras se acumulan y nada parece claro. Dan Roam, especialista en pensamiento visual, explica en su bestseller ‘Tu mundo en una servilleta: resolver problemas y vender ideas mediante dibujos’ como un simple dibujo puede resolver problemas y permitirte ilustrar lo que piensas, tanto en los negocios como en cualquier otro ámbito. En su libro, el autor estadounidense proporciona herramientas concretas para resolver cualquier problema y, sobre todo, desarrollar y vender tus ideas. ¿No estás convencido de tus habilidades como dibujante? No te preocupes, simplemente sigue la guía.

Dibujar para descubrir, desarrollar y vender ideas

En cualquier sector, la gestión de una empresa se basa en el arte de resolver problemas: cómo ganar más dinero, cómo dirigir a un equipo, cómo terminar un determinado proyecto a tiempo a pesar de la demora de los proveedores, etc. El pensamiento visual, a diferencia del pensamiento lingüístico o auditivo, se basa en comprender estos problemas procesando la información visual.

Como Dan Roam explica en su libro, todos nacemos con capacidades visuales o de conceptualización, incluso si estamos convencidos de que no tenemos ningún talento para dibujar. Así pues, el pensamiento visual consiste en desarrollar el sentido de la observación, en “mirar” y “ver” (dos de las cuatro fases en las que se divide el pensamiento visual, según este libro) las cosas y después utilizar nuestra imaginación para reformular y mostrar nuestras ideas a los demás. En este caso, resolver problemas con imágenes no es algo artístico que requiera ningún tipo de talento.

Por ejemplo, según Roam, un esquema es un medio eficaz para ilustrar algo. También es la mejor forma de compartir una idea con tu equipo,pues el dibujo permite coordinar a los miembros mediante el uso de una misma herramienta de comunicación. También simplifica las cosas y plasma los conceptos más básicos que todos tenemos en mente de manera casi universal. Por último, es una excelente forma de fomentar el compromiso y la cooperación: tus colaboradores serán más eficientes si tienen una visión clara de lo que deben hacer y por qué, sin olvidar que es más fácil recordar una explicación dada a través de un dibujo que un largo discurso.

6 preguntas que debes hacerte

Sea cual sea el problema que desees resolver, siempre hay seis formas de afrontarlo. En función de estas seis visiones, puedes elegir un sistema esquemático personalizado:

  1. Para responder a la pregunta de “¿quién?” o “¿qué?”: Puedes dibujar un esquema en forma de retrato. Por ejemplo, para definir el perfil del tipo de cliente al que se dirige la empresa.
  2. Para responder a la pregunta de “¿cuánto?”: Puedes dibujar un gráfico. Por ejemplo, para presentar el volumen de negocios mensual estimado para el próximo año.
  3. Para responder a la pregunta de “¿dónde?”: Puedes dibujar un mapa. Por ejemplo, para encontrar la forma más adecuada de transportar mercancía de una ciudad a otra.
  4. Para responder a la pregunta de “¿cuándo?”: Puedes dibujar una línea cronológica. Por ejemplo, para presentar las fechas límite y objetivos a largo plazo de la empresa.
  5. Para responder a la pregunta de “¿cómo?”: Puedes dibujar un organigrama. Por ejemplo, para explicar cómo participan diferentes equipos de la compañía en el lanzamiento de un nuevo producto.
  6. Para responder a la pregunta de “¿por qué?”: Puedes dibujar un punto de referencia con numerosas variables. Por ejemplo, para demostrarle a tu superior que una semana adicional de vacaciones al año tendría ventajas increíbles para tu productividad.

No tienes que ser particularmente original, basta con elegir el formato que se ajuste mejor a tu objetivo. Una vez más, no estamos hablando de una representación realista ni exacta, sino de un dibujo sencillo.

El SCVID

Dan Roam explica que la imaginación sirve para dar visibilidad a aquello que no tenemos directamente frente a los ojos, sino que está en nuestra mente. Por ello, el autor ha desarrollado una herramienta denominada SCVID para estimular el pensamiento visual. Si deseas sacarle provecho, debes hacerte cinco preguntas. Tomemos una manzana como ejemplo:

  • S significa “simple o complejo”: ¿deseas representar los aspectos más simples de la manzana o detallar la piel, el tallo, las hojas y el color?

  • C significa “calidad o cantidad”: ¿deseas evocar las características estéticas de la manzana o los datos objetivos como el tamaño, peso y densidad, por ejemplo?

  • V significa “visión o ejecución”: ¿quieres mostrar la manzana tal y como la cosechaste o necesitas detallar todo el proceso, incluidos el crecimiento del árbol, su florecimiento y el proceso de maduración de la fruta?

  • I significa “individualidad o comparación”: ¿debes limitarte a representar la manzana tal y como es o incluirla en un contexto comparativo dibujándola al lado de una pera, un plátano y un racimo de uvas?

  • D significa “delta (cambio) o statu quo”: puedes elegir mostrar solo la manzana o imaginar cómo podría evolucionar y convertirse en una tarta o compota, por ejemplo.

Aunque el ejemplo de la manzana sea un poco simplista, este método es válido para cualquier problema más complejo, siempre y cuando te tomes el tiempo de responder a todas las preguntas, una por una. El objetivo es definir qué información deseas mostrar, con el fin de representar el contenido más importante y descartar el superfluo.

Los 10 mandamientos del pensamiento visual

En los anexos de su libro, Dan Roam presenta los 10 mandamientos del pensamiento visual que resumen su teoría.

  1. Resuelve cualquier problema con un dibujo: sea cual sea la naturaleza del problema, un dibujo siempre lo aclara.
  2. No vuelvas a decir que no sabes dibujar: todos los días pensamos de manera visual para mantenernos de pie, atravesar una puerta o no salirnos de la acera.
  3. Lleva siempre contigo lápiz y papel.
  4. Comienza por dibujar un círculo y nombrarlo, pues lo esencial es trazar la primera línea, por simple que sea.
  5. Selecciona el esquema más apropiado basándote en las seis preguntas “quién”, “qué”, “cuándo”, “dónde”, “cómo” y “por qué”.
  6. Haz figuras de palo a diestro y siniestro, pues es algo que las personas conocen. La imperfección del dibujo hace que el problema se vuelva más humano.
  7. Sírvete de todos los aspectos posibles: el tamaño del dibujo, su orientación y su forma son algunos de tantos aspectos que ayudan a darle sentido a una problemática.
  8. Asocia el dibujo con el discurso: pensar de manera visual no excluye hablar, por lo que puedes hacer comentarios sobre tu dibujo o borrar cosas para ayudar a tu interlocutor a seguir el flujo de ideas.
  9. No te centres en la calidad del dibujo sino en lo que representa.
  10. Cierra siempre con una conclusión sobre la lógica del dibujo: al agregar un título o un comentario final diriges la atención a la solución propuesta.

Como puedes imaginar, el libro de Dan Roam tiene muchos dibujos y proporciona numerosos ejemplos concretos. Su teoría sobre el pensamiento visual amplía nuestros horizontes y nos hace conscientes de que, muchas veces, un problema se puede esquematizar y simplificar, por lo que su solución está al alcance de la mano (¡o del lápiz!). Una vez que empieces y adquieras el hábito de dibujar situaciones, las soluciones surgirán de manera mucho más natural y rápida. Tanto dentro de la empresa como en el día a día, el método de Roam ofrece muchas ventajas, así que ¿por qué no probarlo? ¡Manos a la obra!

Traducido por Andreína Gil

Foto de WTTJ

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