Mantener (o fijarse) objetivos profesionales en mitad de una crisis

23 abr 2020

7 min

Mantener (o fijarse) objetivos profesionales en mitad de una crisis
autor
Ivo Cabral

Periodista freelance

Con el estallido de la crisis del coronavirus, hemos entrado de repente en una zona de turbulencias. Aún no sabemos muy bien cuánto durará, ni cómo de fuerte nos sacudirá, pero lo que parece seguro es que va a desbaratar los planes de muchos. No obstante, no hay que arrugarse ante las dificultades: mantener presentes tus objetivos profesionales es ahora más importante que nunca. Seguramente necesitarás respirar hondo, adaptar tus metas a la situación y no frustrarte si las cosas te llevan algo más de tiempo de lo que tenías previsto. Y es que, cuando el viento azota con más fuerza, es precisamente cuando es más importante mantener la brújula bien calibrada.

¿Qué son los objetivos profesionales?

De niños nos preguntan mil veces qué queremos ser de mayores: futbolista, médico, abogado… En las nuevas generaciones los hay incluso que quieren ser youtubers. Conforme crecemos y vamos conociendo mejor el mundo, nos damos cuenta de que hay otras cosas que nos atraen, por lo hablar de que la tecnología y la automatización están cambiando el mundo del empleo a un ritmo acelerado (tanto, que el 85% de los empleos que habrá en 2030 todavía no se han inventado, según un estudio de Dell).

Precisamente para navegar mejor entre tantos cambios, es más importante que nunca que te sigas haciendo de vez en cuando esa misma pregunta: “¿Qué quiero hacer?”. En concreto, Elena Huerga, coach de desarrollo profesional, recomienda que nos lo planteemos al menos una vez al año ya que, recuerda, “no hay viento favorable para quien no sabe dónde va”.

“No hay viento favorable para quien no sabe dónde va” - Elena Huerga, coach de desarrollo profesional

Cuando hablamos de objetivo profesional nos referimos a las misiones definidas que alguien quiere perseguir en su carrera profesional. Una vez están bien definidos, podemos incluirlos en un plan estratégico que nos permita desarrollarnos y alcanzar las metas que nos hemos fijado.

¿Cómo definir tus objetivos?

Si no lo has hecho todavía, el primer paso para fijarte unos objetivos profesionales es la fase de introspección. Sé positivo, pero a la vez realista y crítico contigo mismo. Pregúntate:

  • hacia dónde quieres ir
  • con qué herramientas cuentas
  • por qué consideras que tienes las cualidades que te permitirán alcanzarlo

Objetivos SMART

Para definir objetivos, el uso del acrónimo inglés SMART (Specific, Measurable, Action-oriented, Realistic and with Timelines) es muy popular. Te contamos cómo marcarte tus objetivos, tomando como ejemplo el caso de alguien que quiera mejorar su nivel de inglés:

  • Específicos. Cuanto más detalles, mejor. ¿Te gustaría poder ver películas en inglés sin subtítulos? ¿Ser capaz de leer la prensa teniendo que buscar en el diccionario solo una palabra de cada cien?

  • Medibles. Es importante que puedas medir tu progreso. Por ejemplo, puedes intentar sacarte un certificado de nivel C1.

  • Relevantes. ¿Por qué quieres conseguirlos? Quizá quieras ascender en tu trabajo, hacer un viaje al extranjero, conocer a personas de otros países… Pregúntate cuál es tu motivo.

  • Alcanzables. ¿Son realistas? Si tienes mucho que mejorar, pregúntate si dispones de las herramientas a tu disposición para avanzar hasta ese nivel.

  • Dentro de un marco de tiempo. ¿Cuándo quieres conseguirlos? Es importante establecer un marco temporal concreto y realista.

La predisposición adecuada

Sin embargo, para poderte marcar objetivos es importante estar en un estado psicológico de calma y contar con algunas certezas. Dicho de otra forma: si no sabemos qué va pasar la semana que viene, es difícil planear dónde queremos estar en seis meses. Por eso, si no has hecho este ejercicio antes y ahora mismo no estás seguro de qué es lo mejor para ti, no te agobies.

“Es normal sentirse mal y es normal no tener todas las respuestas”, apunta Nacho Coller, psicólogo especializado en psicología clínica y de la salud, y autor del libro Una tortuga, una liebre y un mosquito: Psicología para ir tirando. Según apunta el experto, en momentos en los que parece que nos encontramos “en pausa” y no avanzamos, lo normal es tener muchas dudas. “Debemos darnos permiso para no tener claro qué pasará dentro de cinco o diez años”, comenta.

¿Siguen siendo útiles los objetivos profesionales en medio de una crisis?

La respuesta rápida es sí: cuando las aguas están más revueltas es cuando es más útil tener clara la dirección. “Necesitamos tener una brújula para no perder el norte, para no dispersarnos”, dice Nacho Coller. Que las cosas se compliquen no quiere decir que todos nuestros planes deban saltar por los aires.

“Necesitamos tener una brújula para no perder el norte, para no dispersarnos” - Nacho Coller, psicólogo

Pero sí es probable que debamos adaptar nuestros objetivos a la situación. En los momentos de crisis, hay muchas cosas que escapan de nuestro control, así que “los objetivos deben ser abiertos”, continúa Coller. ¿La máxima de este piscólogo? “Partido a partido”, es decir, paso a paso: céntrate en seguir trabajando y mantén el foco en aquellas cosas que sí dependen de ti.

Quizá tengas que esperar un poco más para conseguir ese nuevo trabajo, ese ascenso que deseabas para este año o un aumento de sueldo. “En muchos casos deberemos bajar un peldaño, pero eso no debe desestabilizarnos ni hacernos caer de la escalera”, afirma la coach Elena Huerga.

Es el caso de María José López, graduada en Historia y con un máster en Relaciones Internacionales que trabajaba en una librería hasta que sufrió un ERTE por el bajón repentino de la actividad. Su objetivo era aprender coreano para, un día, poder vivir durante una larga temporada en Corea del Sur. A pesar de las dificultades, sigue trabajando en ello: “Intento dedicar una hora a estudiar coreano y luego otra a mejorar mi inglés”, comenta, pero dada la situación de incertidumbre, y si bien su objetivo sigue siendo el mismo, trata de no obsesionarse: “Antes era algo muy rígido que tenía en mente y que me generaba mucha ansiedad, ahora lo veo como algo más adaptable”.

“Antes era un objetivo muy rígido que tenía en mente y que me generaba mucha ansiedad, ahora lo veo como algo más adaptable” - María José López, graduada en Historia

En algunos casos, un momento de crisis puede incluso abrir nuevas oportunidades. Es el caso de Sofía Lázaro, que a principios de abril lanzaba Terraconta, su propia agencia de comunicación. “Cuando estaba a punto de hacerme autónoma, llegó esta crisis y decidí que no iba a cambiar mis planes y que quizás hasta podía interpretar este cambio de paradigma como un buen momento para empezar algo nuevo”, afirma.

Barreras para la motivación y cómo superarlas

Aún es demasiado pronto para saber de qué manera se recuperará la economía tras la expansión del coronavirus o cómo afectará a los distintos sectores. Pero, si algo aprendimos de la anterior gran crisis económica es que las barreras con que nos topamos a la hora de desarrollarnos profesionalmente son mayores durante una crisis que en condiciones normales. A continuación puedes leer los consejos de Nacho Coller y Elena Huerga para no ceder al desánimo.

Trabajos sobrecualificados

Un título universitario ya no te garantiza el empleo y muchos jóvenes graduados se enfrentan a la sobrecualificación. En 2018, del total de ocupados en el mercado de trabajo español que eran graduados superiores, el 37,6% estaba desempeñando tareas no acordes con su nivel de estudios. Es la cifra más elevada de la Unión Europea, según el Informe de la Fundación CYD 2018, con datos de Eurostat.

Si tu trabajo está muy lejos de lo que habías planificado, es importante mantener en mente el objetivo final y “no abandonar la búsqueda de empleo”, opina Huerga. Pero sobre todo, no debes castigarte. Todos tenemos que pagar facturas, alquiler… Si estudiaste una carrera universitaria y ahora te toca trabajar de dependiente, no hay nada de malo en ello. “No tiene por qué hacerte sentir mal, sabes que estás haciendo lo que es necesario ahora mismo”, afirma Coller. “Con el tiempo puede haber cambios. No va a ser para siempre”.

Job hopping

Otra de las grandes consecuencias de las crisis: los cambios frecuentes de trabajo. Algo que ha vivido sobre toda una generación de jóvenes profesionales. Para la mayoría de ellos, que actualmente tienen entre 27 y 39 años y que entraron en el mercado laboral en plena crisis financiera, la crisis del coronavirus ha supuesto otro muro al que enfrentarse.

Lo primera que necesitas tener en cuenta si has tenido cinco empleos en los últimos cinco años es que las empresas están acostumbradas. Todos los profesionales de Recursos Humanos saben que en el mercado laboral español la temporalidad es muy alta, sobre todo entre los más jóvenes. Si acudes a una entrevista de trabajo, la clave es poner en valor todos los atributos que has desarrollado al haber tenido la oportunidad de conocer diferentes maneras de trabajar en poco tiempo.

Un job hopper tiene una gran capacidad de adaptación y está acostumbrado a ver muchas maneras de hacer las cosas. Lo que otros han visto en 15 años, él o ella lo ha visto en cinco. “Tienes que contar qué te han aportado esos cambios, qué hay de positivo en todo ello”, afirma Huerga.

Y recuerda: no solo se aprende viviendo pegado al mismo escritorio durante 15 años. La acumulación de conocimientos y de experiencias también suma.

Desmotivación por no conseguir tus objetivos

Es cierto que se avecinan curvas. Pero, si las cosas no van como esperabas, recuerda que no siempre conseguimos lo que queremos por mucho que nos esforcemos. Y no tiene por qué ser culpa tuya.

Seguro que has oído mil veces eso de que “si te esfuerzas puedes conseguirlo todo”. Son mensajes positivos que sirven para motivarte, pero no deben ser una fuente de estrés. Hay que tomarlos con cierta distancia.

Recuerda que uno de los requisitos a la hora de marcarte objetivos es que estos sean alcanzables: quizá una crisis o una situación personal negativa hace que algo que deseabas ahora ya no sea posible. Puede que debas rebajar tus expectativas o identificar otras fuentes de motivación que estén más a tu alcance.

Y si, a pesar de haber realizado ajustes y expectativas y de todo el trabajo que has invertido, tampoco logras alcanzar tus objetivos, no te frustres. “Hay que darle al trabajo el valor que tiene. No es lo más importante de la vida”, recuerda Coller. “Nadie un día antes de morir se arrepiente de no haber ido más horas a la oficina. Uno se arrepiente de no haber dedicado más tiempo a los hijos, a los amigos o a pasear”, remata.

Foto de WTTJ

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