Frugalismo, trabajar menos como solución para una vida más feliz

25 abr 2019

5 min

Frugalismo, trabajar menos como solución para una vida más feliz
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¿Vivir con poco pero feliz, aunque implique ganar menos dinero? Este es el dogma de los frugalistas. El término, que deriva del adjetivo frugal (del latín frugalis) y que significa “sobrio”, se utiliza para designar a quienes optan por la sencillez en su día a día. Efectivamente, para gastar menos es requisito previo tener la posibilidad de elegir, por lo que el frugalismo suele ser accesible sobre todo para las clases media y alta. Sin embargo, el objetivo siempre es el mismo: ser lo suficientemente organizado para lograr la independencia económica y disfrutar así de una vida mejor.

Aunque un frugalista se niegue a comprar el último “smartphone”, a apilar montones de zapatillas de deporte o a comer en restaurantes, esta restricción no es sinónimo de una vida monótona y poco estimulante, ¡sino todo lo contrario! En un mundo marcado por el consumo excesivo, el capitalismo y la búsqueda del sentido de la vida, Welcome to the Jungle te lo cuenta todo sobre este movimiento informal que cobra fuerza y el impacto que podría suponer para nuestra sociedad.

¿Qué es el frugalismo?

Los orígenes del fenómeno

Este movimiento, procedente de Estados Unidos, promueve el “desconsumo” a través de un modo de vida sencillo y ya cuenta con numerosos adeptos en Europa, especialmente en Alemania. Ni ermitaños, ni hippies, ni supervivencialistas: esta ideología se asienta en algún punto entre el rechazo del consumismo, el contexto de la hiperconexión y la degradación de la salud mental en el trabajo. Defiende la búsqueda de una ecología social, es decir, la implementación de una sociedad moral, descentralizada, solidaria y guiada por la razón.

Si hemos oído hablar poco al respecto, se debe en parte a que numerosos frugalistas no saben que lo son. Con frecuencia, estos desconocen incluso la existencia de un concepto que permite describir su modo de vida. Pero se debe también a la voluntad de sus miembros de no difundir su modo de vida, lo que permite que esta tendencia a menudo se dé de manera anecdótica.

Autonomía financiera para vivir mejor

La idea principal consiste en trabajar menos para vivir mejor y a tu propio ritmo, aunque implique ganar menos. O lo que es lo mismo: gastar menos y ahorrar más, para no dejarse atrapar por la sociedad y tener independencia financiera.

Se trata por tanto de una auténtica filosofía de vida, que se erige como un muro frente al consumismo y la sociedad capitalista. Atrás queda la figura del hombre de negocios y del “culto al rendimiento” de los años 90 descrito por A. Ehrenberg. El frugalismo es testigo de la transformación del hombre de negocios en un individuo humanista con un modo de vida virtuoso, que renuncia a lo superfluo y a un cómodo salario con el objetivo de satisfacer su deseo de búsqueda del sentido de la vida.

Las motivaciones que impulsan a la adopción de este estilo de vida son muy numerosas, y varían según la persona. Estas pueden ser:

  • Personales (salud, bienestar, equilibrio entre vida privada y profesional…)
  • Ecológicas
  • Financieras
  • Políticas

El frugalista, un adepto a la vida sencilla

¿Cómo convertirse en frugalista?

¿Y si el frugalista fuera el rentista de finales del siglo pasado? Este modo de vida, sintomático de la evolución de una sociedad en la que el éxito social y el éxito profesional ya no coinciden, es accesible sobre todo a las clases media y alta. Efectivamente, en la mayoría de los casos, para gastar menos es requisito previo tener la posibilidad de elegir. Hablamos, por ejemplo, de decidir no gastarse 5 euros en un café de Starbucks de camino al trabajo.

De esta forma, el frugalista se centra en sus necesidades y no en sus deseos. Y esto es lo más difícil, teniendo en cuenta lo poco que nos cuesta autoconvencernos de que necesitamos algo. La idea no reside en volverse un tacaño, sino en reflexionar sobre nuestra manera de gastar y emplear nuestra creatividad para invertir o ahorrar mejor nuestro dinero.

Y, ¿para qué esforzarse tanto por vivir por debajo de nuestros recursos? Pues para liberarse del miedo existencial ligado al dinero y tener la posibilidad de disfrutar de un modo de vida más sano y, por ejemplo, no sucumbir ante niveles de estrés nocivos que podrían llevar al burnout o síndrome del trabajador quemado.

Para poder vivir por debajo de sus recursos, el frugalista:

  • Reduce su presupuesto mensual y ahorra más
  • Invierte sus ahorros (inversiones financieras, bursátiles o inmobiliarias)
  • Planifica una organización distinta de su día a día (por ejemplo, concebir un régimen de autogestión)

Un modo de vida con múltiples caras

El frugalismo se manifiesta en realidades diversas y es posible identificar varias tendencias.

Neo frugalismo
Esta denominación hace referencia a los frugalistas veinteañeros y en especial a aquellos que, con frecuencia, siguen viviendo en casa de sus padres. Ante un contexto económico difícil, los neo frugalistas se han visto obligados a concentrarse en lo que necesitan en lugar de en lo que verdaderamente desean. Su modo de consumo es menos impulsivo y está cada vez más centrado en el valor y la calidad.

Jubilación precoz
Tienen 30, 35, 40 años y han decidido dejar de trabajar. Y no por un impulso pasajero, sino tras haber preparado, desde el comienzo de su carrera profesional, planes de ahorro y de inversión. Gracias a esta sólida organización y a una determinación inquebrantable, han tenido la posibilidad de jubilarse lo antes posible. Tras dar el paso, suelen volcarse con frecuencia en actividades de voluntariado que dan más sentido a su vida.

Slow life
La tendencia de lo slow (slow food, slow fashion… ) da fe del deseo de reducir el ritmo para aumentar los logros. Entre los frugalistas es posible encontrar a quienes son adeptos a la slow life o “vida lenta”, que anima a poner freno al ritmo acelerado para así descubrir un modo de vida más auténtico.

¿Su objetivo? Reducir el estrés y abandonar la dictadura del contrarreloj para enfocarse en sus deseos y retomar poco a poco la confianza en sus propias aptitudes. Estos últimos se centran en el contacto con la naturaleza, lo casero, el DIY (Do It Yourself o “hazlo tú mismo”) y no dudan, por ejemplo, en cultivar su propio huerto para satisfacer su deseo de autosuficiencia.

No debe confundirse con el minimalismo

A pesar de que el frugalismo y el minimalismo comparten la voluntad de vivir de forma más consciente, los dos modos de vida difieren entre sí. El minimalismo se centra en poseer la menor cantidad de objetos posible, mientras que el frugalismo se enfoca en gastar lo menos posible para lograr una autonomía financiera. A menudo resultan incompatibles, ya que una persona frugal acumula objetos que podrían serle potencialmente útiles un día. En cambio, el minimalista no desea perder espacio y se deshace de aquellos objetos que no tengan una utilidad inmediata. Este último podría llegar a pagar una gran suma por ciertos objetos, siempre y cuando le sean de gran utilidad.

¿Qué impacto tiene el frugalismo en nuestra sociedad?

Negativo

Algunos acusan a los frugalistas de aprovecharse del sistema, al beneficiarse de una educación y aprender un oficio, para después negarse a contribuir y a pagar cotizaciones a la seguridad social. Ellos responden que no les interesa recibir una pensión de jubilación por parte del Estado, por lo que poco les importa cotizar por ella.

Otros advierten sobre el riesgo de enaltecer la pobreza. Efectivamente, es importante no confundir la frugalidad con una apología de la pobreza. La necesidad de atenerse a un presupuesto ante la incapacidad de irse de vacaciones o las dificultades para pagar el alquiler, la comida o cuidar de tu salud, no tiene nada de inspirador como modo de vida.

Positivo

Tanto si el frugalismo te ha convencido como si no, lo cierto es que esta tendencia nos permite reflexionar sobre la calidad de vida profesional que la sociedad nos ofrece hoy en día. ¿Por qué hay jóvenes que, con 25 años, deciden dejar de trabajar a los 40? También nos da la oportunidad de replantearnos nuestro estilo de vida, nuestros gastos y nuestros hábitos de consumo, así como nuestra relación con el trabajo, temas nada insignificantes.

Además, cada día son más los blogs que ofrecen consejos sobre cómo ocuparnos debidamente de nuestro dinero, lo cual ayuda a desmitificar y, sobre todo, a hacer accesible a todos un tema tan técnico como las finanzas. Y eso es algo que aplaudimos.

Traducido por Rocio Perez

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