Teletrabajo: cómo explicarle a tu jefe que no quieres volver a la oficina

10 nov 2020

5 min

Teletrabajo: cómo explicarle a tu jefe que no quieres volver a la oficina
autor
Laia Antúnez

Freelance Content Creator

Aunque trabajar desde casa ha sido para muchos trabajadores una situación complicada, otros han descubierto en el teletrabajo un método que les permite ganar en flexibilidad, concentración, productividad y que, sobre todo, les facilita un equilibrio entre la vida laboral y la personal. Son tantas las ventajas que algunos se plantean mantenerlo. Pero para eso necesitan el beneplácito de la empresa. ¿Cómo puedes abordar esta cuestión ante tus superiores? ¿Qué aspectos deberías tener en cuenta?

En estos meses que llevamos de pandemia, se ha demostrado que el trabajo en remoto funciona y, por eso, grandes empresas como Google han ampliado su política de teletrabajo hasta julio de 2021 y otras como Microsoft anuncian planes para que sus equipos puedan acogerse al teletrabajo de forma permanente, si así lo desean. Asimismo, el 77% de los trabajadores en España consideran que el modelo ideal es aquel que combina el teletrabajo con el trabajo en la oficina, según el último informe de Adecco, por lo que piden flexibilizar este mecanismo.

En este contexto, son muchos los que no quieren volver a la oficina, ya sea por necesidades personales o por razones de salud y de seguridad relativas al Covid-19. Si tienes esta inquietud, es importante que la compartas con el resto de tus compañeros, pero lo esencial es que se la hagas llegar al equipo directivo. Antes de hablar con ellos, asegúrate de que en tu trabajo la presencialidad es prescindible y reflexiona sobre varios aspectos a tener en cuenta.

Prepárate para abordar la conversación con tu jefe

Si tu superior es de la vieja escuela y aboga por la presencialidad en la oficina aunque no sea necesaria, probablemente el momento de abordar esta cuestión se vuelva algo delicado y requiera algún esfuerzo extra. Establece una comunicación bidireccional con tu jefe, para tratar de encontrar una solución a la cuestión del teletrabajo de manera conjunta, pero antes es importante que prepares el terreno y tengas en cuenta estos aspectos:

  • Siempre que sea posible, es preferible que te enfrentes a la conversación cara a cara y no te escudes detrás del teléfono o del correo electrónico. Se trata de una decisión lo suficientemente importante como para que la tratéis en persona y, a poder ser, en un lugar conocido y que os aporte confianza.
  • Preparar los puntos clave de tu discurso te ayudará a mejorar tu capacidad de argumentación. Para asegurar que la comunicación es efectiva, diseña dos o tres mensajes clave que tu interlocutor pueda recordar fácilmente y no le confundas con un exceso de palabras. Sé conciso y convincente.
  • La conversación puede ser sensible así que evita ser impulsivo. Muéstrate empático y trata de establecer un discurso constructivo.
  • Y, sobre todo, escucha sus argumentos, para dejar claro que la conversación es un diálogo y no una batalla en la que habrá un vencedor y un vencido.

Cuestión de productividad

Cuando hables con tu jefe, intenta que tu discurso no se centre en lo que es mejor para ti como empleado. No hace falta que menciones lo bien que se trabaja en pijama o las bondades de poderte escapar a comprar al supermercado a media mañana. Sin embargo, para convencer a tu jefe, sí puedes (y debes) remitirte a todo el trabajo realizado durante el confinamiento y en los meses posteriores. “Lo único bueno que ha tenido el Covid-19 es que ha demostrado que el teletrabajo es posible, los proyectos salen”, dice Álex Buenaventura, editor de vídeo en una productora audiovisual.

Lo confirma Borja Pesquera, director general de la agencia de marketing Labelium: “Nuestro personal lleva meses trabajando perfectamente bien desde casa, cumpliendo con las entregas y con los proyectos. Lo que nos interesa es que el trabajo se haga, y que se haga bien”. Así pues, no dudes en jugar esta baza y preséntale un pequeño informe que recopile:

  • Los proyectos que has desarrollado durante estos meses.
  • Un informe con el cumplimiento de las fechas de entrega y de las tareas asignadas.
  • Un resumen de cómo habéis organizado el trabajo en equipo.

Al fin y al cabo, que trabajes desde casa os puede beneficiar a ambos, y eso conviene recordarlo. “En mi caso, en casa tengo un espacio de trabajo mejor, sin interrupciones constantes, y con una conexión a internet más potente. Esto me ha permitido ser más productivo y concentrarme mucho más”, asegura Álex.

Compromiso

Para Álex, el teletrabajo bien ejecutado ofrece además otro gran beneficio que no se puede perder de vista: la conciliación. “Si el trabajo te permite estar en sincronía con tu vida personal, serás más feliz y tendrás un mayor compromiso con tu empresa”, asegura este editor de vídeo.

“Si el trabajo te permite estar en sincronía con tu vida personal, serás más feliz y tendrás un mayor compromiso con tu empresa”

Por este motivo, el director general de Labelium sugiere la posibilidad de adelantarte y de proponer un plan de compromiso a tu superior, en lo que se refiere a disponibilidad, cumplimento de horarios y respuesta a objetivos. Un ejemplo: “Nuestro trabajo, en circunstancias normales, implica que tengamos reuniones presenciales con clientes. Si el trabajador se compromete a acudir a esas reuniones, podríamos valorar una solución flexible en la que trabajara desde casa y solo acudiera a estas reuniones”.

Mi empresa no me permite teletrabajar, ¿qué hago?

Apela al contexto sanitario y a la responsabilidad

En una situación de pandemia, que un trabajador quiera evitar riesgos para su salud no debería ser cuestionable. “El miedo al contagio por Covid-19 me parece un argumento más que suficiente para justificar que no quieras volver a la oficina. Todos debemos ser sensibles y entender a aquellos que le tengan respeto al virus, ya que no sabemos qué situación familiar o de riesgo hay detrás de esa persona”, explica Álex.

Este fue el principal argumento que comunicó a su empresa cuando le tocó combinar el teletrabajo con la vuelta a la oficina dos días a la semana, pero, de momento, su empresa todavía no ha autorizado el trabajo 100% a distancia. “Ahora hemos tenido un caso positivo y se han tenido que hacer pruebas varias personas, además de confinarnos al resto. Estamos en la oficina porque nos han dicho que hay que estar, provocando situaciones de riesgo absolutamente innecesarias. Todo esto se podría haber evitado ya que el mismo trabajo lo podemos hacer telemáticamente. ¿Hay algún argumento mejor que este?”, reflexiona.

Por su parte, en Labelium han optado por mantener a toda la plantilla en teletrabajo, en principio, hasta enero de 2021. “No queríamos que nadie se tuviera que exponer a utilizar el transporte público o a sentirse incómodo en la oficina”, apunta Borja Pesquera.

Apóyate en la nueva ley del teletrabajo y haz pedagogía

La nueva ley que regula el trabajo a distancia, aprobada por el Gobierno el pasado mes de septiembre, establece que el teletrabajo se contemplará siempre como una modalidad laboral voluntaria y no podrá imponerse ni por parte del empresario ni por parte del trabajador. Por ejemplo, en el caso de que fueses tú como trabajador quien te negases a teletrabajar, este no sería un argumento válido para la empresa para justificar un despido.

Sin embargo, en el supuesto inverso, que sea la empresa la que no permita el teletrabajo, la forma de proceder no está tan clara. El nuevo marco legal no establece que el trabajador tenga el “derecho” a teletrabajar, sino que debe ser acordado entre empresa y empleado. Además, la ley deja varios puntos sujetos a negociaciones y convenios colectivos. Entonces, ¿qué opciones tienes? Apoyarte en el equipo de Recursos Humanos o el representante sindical de tu empresa, para que te guien y te ofrezcan algunas pautas antes de abordar esta conversación, puede ser un buen primer paso.

Ante esta situación incierta, te recomendamos que abogues por abrir la reflexión acerca de las necesidades reales de que los trabajadores vayan a la oficina presencialmente y apuestes por dialogar con tus superiores para plantear los cambios de manera progresiva. “Tiene que ser una lucha vertebrada a través de la pedagogía y de la negociación consensuada por las dos partes. Hay que tener claro que estamos intentando cambiar un paradigma y una manera de entender las relaciones laborales, instauradas hace décadas. Y eso, todavía nos va a costar mucho”, concluye Álex.

Foto de WTTJ

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