Formación online: las 5 preguntas que debes hacerte antes de empezar

16 abr 2020

6 min

Formación online: las 5 preguntas que debes hacerte antes de empezar
autor
Núria López

Periodista freelance

En este contexto de crisis sanitaria provocada por el coronavirus, tal vez te hayas propuesto convertir este periodo de incertidumbre en tiempo útil. Especialmente si has perdido tu empleo, es posible que estés barajando la posibilidad de hacer alguna formación online orientada a un doble objetivo: estudiar y formarte desde casa, a la vez que mantienes tu mente ocupada para hacer esta situación algo más llevadera.

Aprovechar este tiempo para formarte seguramente sea una decisión más que acertada, siempre y cuando no cometas el error de convertir estos días en una carrera frenética por sentirte productivo. Esa productividad podría volverse en tu contra y acabar por mermar tu energía.

Si seguir formándote es una de tus asignaturas pendientes, tómate un momento para reflexionar sobre qué tipo de aprendizaje es el que realmente te interesa, y cómo encajaría en tu situación personal. ¿Es este el momento ideal para plantearte este tipo de formación? ¿Cómo saber si estás eligiendo la que mejor se adapta a tus necesidades? Para averiguarlo, desde Welcome to the Jungle te proponemos cinco preguntas que deberías hacerte antes de empezar tu formación en línea:

1. ¿Por qué te planteas una formación online?

Una de las motivaciones principales seguramente esté relacionada con la situación actual: el hecho de estar confinados en casa, o incluso si has perdido tu trabajo de forma temporal con motivo de un ERTE o has apartado temporalmente tu búsqueda de empleo por culpa de la crisis. Además, se le suman otras razones como la flexibilidad de horarios, lo que te permite adaptar el ritmo de la formación a tu situación personal y que supone, además, que en el caso de reincorporarte a tu puesto de trabajo o encontrar uno nuevo a corto plazo, esto no supondría tener que abandonar la formación.

No obstante, debes plantearte también de qué forma beneficiará esta formación online a tu carrera. Tal vez sea un punto de inflexión que marque el inicio hacia una reorientación profesional o, simplemente, puede convertirse en una actualización de conocimientos que aporte un valor añadido en el desarrollo de tu trabajo. En cualquier caso, siempre que no se trate de una formación que realizas como hobby, lo ideal es que optes por formarte en aspectos que realmente te interesen y que vayan a resultarte útiles para conseguir tus objetivos profesionales, para convertir ese aprendizaje en algo significativo que vaya más allá de un simple certificado de estudios.

2. ¿Qué competencias y habilidades te gustaría adquirir?

Una vez resuelto el interrogante inicial del porqué, y después de saber qué es lo que realmente te mueve para empezar una formación online, ya estás en disposición de elegir bien aquello que te gustaría aprender con tu nueva ocupación.

Para empezar, haz una lista de aquellas habilidades que, desde hace tiempo, has considerado que son para ti una asignatura pendiente. Tal vez lo primero que te viene a la cabeza sea formarte en habilidades duras o hard skills, que son aquellas relacionadas directamente con tu área de trabajo: aprender un lenguaje de programación web específico, mejorar el dominio de algún programa de diseño, aprender un nuevo idioma, etc. Si es así, incluye todos esos intereses en tu lista para poder visualizarlos y convertirlos en objetivos.

Aunque quizás quieras ir más allá. ¿Te has planteado la opción de adquirir habilidades que no estén tan estrechamente ligadas con tu campo profesional? Las habilidades blandas o soft skills, que son aquellas relacionadas con tus aptitudes y personalidad, pueden ser un buen complemento a tu formación. Si esta segunda opción te parece atractiva, pero andas algo desorientado sobre qué habilidades podrían ser las que mejor pudieran encajar en tu desarrollo profesional, te damos algunas ideas:

Comunicación asertiva: para conocer cómo expresar tus ideas de la mejor forma posible durante tus reuniones o presentaciones.

Creatividad: de las mentes más creativas suelen nacer las ideas más innovadoras. Así que, ¿por qué no dar rienda suelta a tu lado más creativo?

Organización y planificación: habilidades que son clave para optimizar el tiempo y evitar sentir que no llegas a todo. Una buena planificación es algo que suele reflejarse en los resultados.

Gestión del cambio: una habilidad especialmente valiosa en estos tiempos líquidos, descritos por el sociólogo Zygmunt Bauman. La capacidad de gestionar el cambio y saber cómo hacer frente a la incertidumbre puede revelarse como una gran ventaja.

Proactividad: independientemente del contexto, la iniciativa para adelantarse y tomar decisiones que marquen la diferencia es también una habilidad que puedes trabajar.

3. ¿Qué necesitas aprender para lograr tus objetivos?

Conocer las competencias y habilidades que te gustaría adquirir es esencial para que puedas responder a la tercera pregunta: ¿Qué es lo que realmente necesito aprender para adquirir esas habilidades? Para evitar perderte en la oferta formativa actual, fíjate como objetivo encontrar la formación que cubra aquello que realmente necesitas aprender. Te recomendamos huir de cursos cuyo principal objetivo acabe siendo engrosar tu currículum. Descarta también la formación que no aporte valor a la que ya tienes y evita así perder tu tiempo adquiriendo conocimientos que no te serán útiles (aunque repetimos: esto no será aplicable a aquellas formaciones que hagas únicamente por placer).

La formación que necesitas es aquella que te aporta conocimientos que puedas aplicar directa o indirectamente en tu trabajo, ya bien sea en tu ocupación actual, o en ese futuro puesto hacia el que vas encaminando cada nuevo paso profesional. Para acertar en tu elección, es indispensable hacer algo de investigación y fijarte en:

El contenido del curso: el temario y el planteamiento de los diferentes módulos formativos podrán darte la primera pista. ¿Es un curso lo suficientemente completo y atractivo? ¿Crees que puede cubrir el campo de aprendizaje que te has marcado inicialmente? Si es posible, investiga sobre la variedad de recursos y formatos que se incluyen durante la formación, y que te permitirán ir avanzando (audiovisuales, foros de debate, webinars, etc.). La dinamización a lo largo del curso también será clave para mantenerte motivado y evitar que lo abandones por falta de interés.

El profesorado que imparte la formación: conocer la trayectoria de quienes se convertirán en tus profesores también puede orientarte en tu elección.

El centro que imparte la formación: investiga dónde se imparten cursos sobre la temática que te interesa. ¿Tienes amigos que hayan cursado alguna formación allí y puedan darte feedback? Otro punto interesante es saber si existe una comunidad activa de antiguos alumnos. Posiblemente puedas participar en eventos que se organicen a posteriori, dedicados a antiguos alumnos, y de esta forma seguir aprendiendo.

4. ¿Cuánto tiempo y recursos puedes dedicarle?

¿Cuánto tiempo te gustaría dedicarle a la formación? Y, más importante aún, ¿de cuántas horas dispones? Este será un factor fundamental a tener en cuenta, especialmente para evitar que abandones la formación antes de tiempo. Así que antes de apuntarte,infórmate sobre cómo se organiza el curso: plazos de entrega, volumen de actividades en grupo, ejercicios individuales… Conocer el sistema de evaluación será clave ya que te permitirá saber si cuentas con el tiempo suficiente para sacar el curso adelante.

Y si bien el tiempo es uno de los factores que tienes que tener en cuenta, no debes olvidar otro que también es crucial: los recursos con los que cuentas para costearte la formación. ¿Cuál es la horquilla de precios en la que se situaría la formación que tienes en mente? Dependiendo de la tipología de la formación que elijas, su duración, así como el centro que la imparta, el precio puede llegar a ser muy distinto. Tenlo en cuenta antes de iniciar tu búsqueda.

5. ¿Qué tipo de curso podrías realizar?

Es fácil perderse entre la gran oferta formativa online que encontramos actualmente. Pero si conoces previamente tus intereses, necesidades reales de formación y recursos que puedes invertir, te será mucho más fácil identificar el tipo de curso que mejor encaja con aquello que estás buscando. Entre los principales formatos de formación que podrías realizar, ordenados de menor a mayor tiempo de dedicación, se encuentran:

Webinars: es el que requiere menor dedicación. Un seminario online impartido a tiempo real, que suele grabarse para que pueda estar disponible a posteriori. Puedes realizarlo a modo de píldora introductoria sobre algún tema, o como actualización sobre alguna materia que te interese.

Videotutoriales: si te gusta aprender de forma autodidacta, los videotutoriales pueden ser otra forma de aprendizaje online. Plataformas como Youtube cuentan con canales educativos cuyos contenidos pueden cubrir la formación que estés buscando.

Cursos online en plataformas de e-Learning: suelen presentarse divididos por temáticas, y al acceder al que te interesa podrás ver los diferentes módulos, así como el temario detallado. En estas formaciones, normalmente eres tú quien marca el ritmo en base a tu planificación. Es el caso de los cursos MOOC o plataformas como Coursera, la española MiríadaX y FutureLearn.

Instituciones educativas especializadas en posgrados: dependiendo de tus intereses profesionales, podrás encontrar escuelas especializadas en másteres y posgrados que puedes realizar desde donde quieras.

Universidades a distancia: una tendencia que sigue en alza. Si quieres cursar un grado universitario o máster oficial y compaginarlo con tu trabajo, de forma no presencial y a tu ritmo, esta puede ser una alternativa. No obstante, ten en cuenta que esta opción va a requerir una mayor dedicación y compromiso por tu parte.

En tiempos difíciles, la formación es un refugio seguro donde resguardarse. Más allá de lo aprendido, te puede aportar un enfoque distinto para afrontar una situación nueva, o incluso puede darte una pista sobre cuál debería ser el siguiente paso en tu carrera profesional, especialmente cuando no sabes con certeza qué camino seguir. Es un pequeño salvavidas que puede ayudarte a salir a flote para recordarte que, pese al vaivén laboral, el aprendizaje debería ser siempre una constante tanto a nivel profesional, como personal.

Foto de WTTJ

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