El ingreso mínimo vital: qué es, cómo se solicita, a quién llega

24 ago 2020

7 min

El ingreso mínimo vital: qué es, cómo se solicita, a quién llega
autor
Ivo Cabral

Periodista freelance

¿Y si todos los que no pueden llegar a fin de mes pudiesen recibir una ayuda para no pasarlo tan mal? Esa es la idea detrás del ingreso mínimo vital que el Gobierno de España aprobó a finales del pasado mes de mayo y que aspira a complementar los ingresos de las muchas personas que están sufriendo dificultades desde que el coronavirus congeló la economía. Esta ayuda costará a las arcas del Estado alrededor de 3.000 millones de euros y el Ejecutivo pretende que llegue a más de 850.000 hogares, la mitad de ellos con niños, y en torno a un 10% del total, familias monoparentales.

El ingreso mínimo vital: las claves

El ingreso mínimo vital se puede solicitar desde el pasado 15 de junio de 2020. Además, se ha acordado que las solicitudes que se presenten durante los tres primeros meses (hasta el 15 de septiembre) tendrán efectos económicos retroactivos desde el 1 de junio de 2020, siempre que se cumpliesen los requisitos para obtenerla en esas fechas.

¿Cuánto se cobra al mes?

La ayuda incluye una renta de 462 euros y 1.015 euros al mes, según sea la situación familiar. Este ingreso servirá para completar los ingresos mínimos establecidos según el tipo de unidad familiar (no siempre se cobrará al ayuda al completo, sino la cantidad necesaria para alcanzar ese mínimo fijado por el Ejecutivo).

¿Quién recibe esa prestación?

El proyecto estima que lo recibirían las personas con ingresos inferiores a 462 euros al mes o familias con dos o más adultos que reciban menos de 1.015 euros mensuales.

Los titulares de la ayuda deberán ser mayores de 23 años (salvo que tengan a menores a cargo) y menores de 65 años. Los solicitantes que viven solos tendrán que haber vivido de forma independiente de sus progenitores o de su unidad familiar durante al menos los tres años previos a la solicitud.

Podrán percibir el ingreso mínimo:

  • los ciudadanos españoles que hayan residido en España durante al menos un año de forma ininterrumpida antes de la presentación de la solicitud
  • los inmigrantes con permiso de residencia que lleven en España al menos un año
  • las víctimas de trata
  • las víctimas de malos tratos
  • los solicitantes de asilo (bajo ciertas condiciones)

¿Cómo se solicita?

El ingreso mínimo vital se ha configurado como una prestación de la Seguridad Social, por lo que, al igual que el resto de prestaciones, se solicita al Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS). La solicitud se podrá realizar online, a través de la Sede Electrónica de la Seguridad Social. Para ello, será necesario aportar la siguiente documentación:

  • El DNI (NIE o pasaporte para los ciudadnos extranjeros) del solicitante y de las personas que forman parte de la unidad de convivencia.
  • Inscripción en el registro central de extranjeros o autorización de residencia, en el caso de necesitar acreditar la residencia legal en España.
  • Certificado de empadronamiento donde consten todas las personas empadronadas en el domicilio.
  • Libro de familia o certificado del Registro Civil para acreditar la filiación de las personas que forman parte de la unidad de convivencia.

Importante: en la solicitud, cada interesado deberá autorizar expresamente a la administración que tramita su solicitud para que recabe sus datos tributarios y de la Dirección General del Catastro Inmobiliario para verificar que se cumplen los requisitos de ingresos y patrimonio.

¿Por qué está costando tanto que llegue a los hogares?

Tras varios meses de discusiones y cambios de criterio, la medida fue introducida finalmente el pasado 1 de junio. Hubo numerosos retrasos a la hora de implementarla y los técnicos del Gobierno desarrollaron nuevos métodos para identificar los hogares beneficiados, y diseñar cómo se paga y cómo se despliega este ingreso. Concretamente, el ministerio ha cruzado datos con la Agencia Tributaria y la Seguridad Social para calcular la cantidad de hogares que podrá recibir esa prestación.

Sin embargo, de las más de 750.000 solicitudes presentadas hasta mediados de agosto, la ayuda solo ha llegado a unos 80.000 hogares: 74.000 ayudas concedidas de oficio y 6.000 solicitudes aprobadas, apenas un 1%. Desde el Instituto Nacional de la Seguridad Social explican que más de la mitad de las cerca de 36.800 solicitudes denegadas excedían los límites de renta, que cerca del 40% han llegado con la documentación incompleta y que un 7% se han recibido por duplicado.

¿Estamos ante una ayuda completamente nueva?

En realidad, la prestación que pretende anunciar el Gobierno no es algo completamente nuevo. Todas las Comunidades Autónomas ya cuentan con una renta mínima para personas sin recursos. Entonces, ¿cuál es la novedad?

  1. El Estado complementará esas pensiones autonómicas hasta un nivel mínimo común.
  2. Todas aquellas personas que a día de hoy no cumplan los requisitos de su autonomía para cobrar una ayuda mensual podrán acogerse al ingreso mínimo estatal si reúnen las condiciones que acabe anunciando el Gobierno.

Las prestaciones que se dan actualmente varían mucho en función de dónde vivamos. Incluso los propios nombres de los programas de apoyo son diferentes. Por ejemplo, en Cataluña se llama Renta garantizada de Ciudadanía; en Madrid, Renta Mínima de Inserción; y en el País Vasco, Renta de Garantía de Ingresos. Y lo que es más importante: cada una de esas rentas autonómicas tiene cuantías diferentes. Donde esa pensión es menos generosa es en Ceuta, con 300 euros al mes. En el otro extremo está el País Vasco con 644. En general, la mayor parte de las Comunidades ofrecen una renta de inserción de alrededor de 400 euros.

Las condiciones para obtenerla también son distintas. En algunos lugares están limitadas a 12 o 24 meses, mientras que en otras autonomías se pueden cobrar por un límite de tiempo indeterminado, y varían en función de cuántos personas tengas a cargo en el núcleo familiar. Puedes consultar la lista completa y actualizada de prestaciones por Comunidad Autónoma, con sus requisitos y cuantías, en la web del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030.

En total, 679.180 personas recibían ayudas de este tipo en 2018, el último año para el que hay datos consolidados. Con el nuevo ingreso mínimo vital estatal, el Gobierno pretende aumentar esa cantidad al millón de hogares.

Renta mínima vs. renta básica, ¿en qué se diferencian?

Cuando hablamos de ingreso mínimo, a muchos les viene a la cabeza la idea de “renta básica”, por el que todos cobraríamos una cantidad de dinero al mes solo por el hecho de ser ciudadanos de un país. Sin embargo, no es exactamente lo mismo.

La principal diferencia es que la renta mínima no estaría dirigida a todo el mundo, sino solo a los más vulnerables, y podría tener límites temporales para su recepción. Eso sí, a final de año contaría para la declaración de la renta, con lo que quienes no necesitan el dinero acabarían devolviéndolo completamente o en parte a final de año. Daniel Raventós, presidente de la Red Renta Básica y profesor de la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Barcelona, afirma que el 70% más pobre de la población acabaría ganando con esa medida, mientras que el 30% más rico vería sus ingresos reducidos en la práctica para poder pagar esa renta universal.

Ventajas de la renta básica universal

Daniel Raventós, presidente de la Red Renta Básica y profesor de la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Barcelona, explica cuáles serían las principales ventajas de introducir un ingreso universal para todos, en lugar de un ingreso solo para los más pobres:

  • Llegaría a todos los que lo necesitan. Los subsidios de renta mínima actuales llegan solo a al 7,8% de la población que vive por debajo del nivel de pobreza en España, según algunos estudios. ¿Por qué? La burocracia, las condiciones de inserción laboral que llevan aparejados los ingresos mínimos, los límites presupuestarios o los errores administrativos hacen que muchas de las personas que deberían cobrar estas ayudas no lo estén haciendo.

  • Eliminación de los costes administrativos. El control sobre los receptores que la administración tiene que hacer para asegurarse de que se cumplen los requisitos de manera continua implica “costos muy altos proporcionalmente a las pocas personas que perciben estos subsidios”. Si se aprobara una renta básica, desaparecerían porque todo el mundo la cobraría.

  • Superación de la trampa de la pobreza. Se trata de un problema “muy grave” que se da cuando las personas deciden no buscar trabajo porque perderían el subsidio mínimo y las ganancias generadas por el empleo serían reducidas. Con una renta básica ese incentivo negativo se eliminaría, ya que seguiríamos cobrando el subsidio incluso si tuviésemos un empleo.

  • Libertad individual. Un ingreso garantizado para todos nos haría más libres. Por ejemplo:
    · Daría independencia a las personas, especialmente las mujeres que dependen económicamente de sus parejas.
    · Nos permitiría elegir un trabajo que nos resultase más gratificante, aunque la remuneración fuese menor.
    · Evitaría el estigma que viven las personas que cobran el paro.

Sin embargo, la renta básica no se puede implementar de la noche a la mañana. Debería llevar consigo una reforma fiscal profunda, pero lo que propone Raventós para esta crisis es que el Gobierno dé una “renta de cuarentena” a todo el que la solicite de manera provisional este año. “Si alguien que lo ha pedido no lo merece, se le deduciría en el declararon de la renta”, explica.

Experimentos de renta básica en el mundo

No existe ningún país en el mundo que tenga una renta básica universal, pero sí hay bastantes que han realizado experimentos con ella. El más reciente, el lanzado por Alemania este mes de agosto, en el que 120 personas recibirán un pago mensual de 1.200 euros durante tres años, cuyos resultados se compararán con los de 1.380 personas que no recibirán ninguna prestación.

Aunque existen otros ejemplos anteriores. Algunos de los más conocidos del mundo son los de Finlandia, Ontario o, mucho más cerca, la ciudad de Barcelona:

  • Finlandia
    En el país nórdico realizaron una prueba a lo largo de 2017 y 2018 en la que 2.000 personas en situación de desempleo recibieron 560 euros al mes sin tener que hacer nada a cambio. Durante dos años, cobraron ese dinero sin necesidad de probar que estaban buscando trabajo ni más papeleo. Las conclusiones no fueron del todo buenas para el Gobierno. Los participantes no encontraron trabajo de manera más sencilla, pero sí que les ayudó a sentirse más felices y menos estresados.

  • Ontario (Canadá)
    En 2017, la administración de Ontario puso en marcha un programa para 4.000 personas por debajo del límite de la pobreza, por el que cobrarían hasta 940 euros al mes. Sin embargo, un año más tarde, el Gobierno decidió cancelar el programa, entre otros motivos porque consideraron “que desincentivaba a los beneficiarios a encontrar trabajo”.

  • Barcelona
    Desde inicios de 2019, mil familias de las zonas más pobres de la ciudad reciben una media de 568 euros al mes para probar si les ayuda a salir de la pobreza. Para medir los resultados del experimento, algunas familias sí tienen la condición de buscar trabajo mientras que otras no, y en algunos casos se les anima a participar en actividades asociativas mientras que en otros no.

De momento ningún gobierno en el mundo ha accedido a probar a escala nacional una renta universal, con el cambio radical que supondría para nuestras vidas tener un ingreso garantizado a final de mes. Si bien todo apunta a que un ingreso de este tipo supondría un incremento general de la salud mental de la población y facilitaría que una gran parte de la ciudadanía que vive por debajo del umbral de pobreza tuviese más oportunidades, por ahora parece que habrá que esperar (bastante).

Foto de WTTJ

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