Inteligencia emocional, la nueva forma de enfocar las relaciones laborales

06 may 2019

5 min

Inteligencia emocional, la nueva forma de enfocar las relaciones laborales
autor
Ingrid Dupichot

Freelance Content Writer

“Carácter”, “personalidad” y “soft skills” (o habilidades blandas) son algunas de las tantas palabras que hacen referencia a los talentos humanos agrupados bajo el nombre de inteligencia emocional (IE). Las actitudes laborales están en plena evolución y el coeficiente intelectual (CI), la educación y las capacidades ya no son la única garantía de éxito profesional. Ahora, el coeficiente emocional (CE), es decir, la calidad de nuestra relación con nosotros mismos y con los demás, también es fundamental. De hecho, los mejores empleados no siempre son los que tienen un mayor CI, sino los que saben controlar mejor sus emociones y entienden que cada emoción tiene su función, como en la famosa película de Pixar ‘Del revés (Inside Out)’, para los aficionados al cine.

Welcome to the Jungle te revela las 10 señales que indican falta de inteligencia emocional en la tribu y te da las claves para solucionar esta situación.

¿Qué es la inteligencia emocional?

Las emociones al servicio del rendimiento

“En una época en que el empleo es tan precario y la flexibilidad y adaptabilidad definen cada vez más la noción de ‘trabajo’, estas cualidades se han vuelto necesarias para encontrar y poder conservar un empleo”. Daniel Goleman, Inteligencia Emocional

Desde su descubrimiento en los años 90 por los psicólogos Peter Salovey y John Mayer, la inteligencia emocional se ha convertido en una habilidad cada vez más solicitada en las empresas. Esta inteligencia tiene muy poco que ver con lo que aprendemos en la escuela y va más allá de las aptitudes intelectuales y del conocimiento técnico que se requieren para el trabajo.

La inteligencia emocional es la capacidad de reconocer, entender y controlar nuestras propias emociones, teniendo en cuenta las de los demás, con el fin de guiar nuestras acciones. Estas habilidades son esenciales para garantizar un equilibrio afectivo y una armonía en las relaciones laborales.

Según Howard Gardner, psicólogo estadounidense considerado el padre de las “inteligencias múltiples”, dichas capacidades permiten:

  • negociar mejor para encontrar soluciones
  • actuar como mediador
  • saber prevenir y resolver conflictos

Sin duda, una caja de herramientas muy valiosa para triunfar en la jungla del empleo. Por tanto, si bien durante mucho tiempo en las relaciones laborales solo se ha tenido en cuenta el razonamiento lógico, ahora se reconoce el papel esencial de las emociones.

Las 5 habilidades de la inteligencia emocional

“Por supuesto, la inteligencia emocional es menos común que la clásica, pero, en mi experiencia, es más importante para formar a un líder. No podemos dejarla de lado”. Jack Welch, antiguo director del grupo General Electrics

En su libro Inteligencia Emocional, el psicólogo estadounidense Daniel Goleman apuesta por una cabeza “bien formada” antes que “bien llena” y predica el arte de utilizar las emociones, es decir, tratarlas de forma inteligente para volverlas inteligentes.

Según Goleman, la IE se basa en cinco habilidades que se deben dominar:

  • la conciencia de uno mismo
  • el dominio de las emociones
  • la motivación
  • la empatía
  • la capacidad de iniciar una relación

Cabe recordar que estas habilidades no necesariamente vienen juntas. Por ejemplo, podemos ser muy empáticos, pero tener dificultad para controlar nuestra ira.

Una inteligencia maleable

Existen numerosos tests para evaluar el coeficiente emocional (CE), que pueden usarse en entrevistas de trabajo, o con otros fines profesionales o personales. Entendemos mejor su utilidad si observamos que el 90% de los empleados con mayor rendimiento tienen un CE alto. Sin embargo, es necesario interpretar los resultados con mucha precaución, pues un estudio reciente demuestra que en la empatía no solo influyen ciertas variaciones genéticas, sino también nuestra educación y experiencias. Por esta razón, el margen de maniobra para desarrollar la inteligencia emocional es considerable.

Es decir, si bien es cierto que el CI permanece relativamente estable en la edad adulta (o incluso antes), el CE se puede desarrollar a lo largo de la vida gracias a la plasticidad neuronal, que es la capacidad del cerebro de cambiar al aprender nuevas habilidades y comportamientos. De forma esquemática, se trata de nuevas conexiones neuronales que se generan en el cerebro y que permiten un equilibrio entre el cerebro racional y el emocional, necesario para el desarrollo de la IE. Los nuevos comportamientos, repetidos de manera intencional, se convierten en automáticos y naturales.

10 señales que reflejan tu falta de inteligencia emocional en el trabajo y cómo mejorarla

Si te identificas con una de las siguientes situaciones, entonces puedes mejorar fácilmente tu IE adaptando tu comportamiento.

  1. Sufres a menudo de estrés: las emociones reprimidas tienden a provocar tensión, estrés, ansiedad y a poner el cuerpo bajo presión. A veces las consecuencias pueden ser muy graves, como la depresión y la adicción. Por esto es importante que aprendas a identificar tus emociones y qué función cumple cada una.
  2. Te cuesta imponerte: la capacidad de imponerse y establecer límites es tan importante como una buena educación, la empatía y la amabilidad. Debes saber decir “no” sin sufrir ni tener que limar las asperezas. En una palabra, ¡ser asertivo! Las personas emocionalmente inteligentes se mantienen firmes y calmadas, y saben evitar las reacciones emocionales excesivas, lo cual les permite neutralizar a personas y situaciones difíciles sin ganar enemigos. Esta es una capacidad indispensable en el trabajo.
  3. Tu vocabulario emocional es limitado: es muy sencillo, mientras más precisos sean los términos que elijas para describir una emoción, más capaz serás de comprender lo que hay que hacer para sanarla. Así pues, en lugar de sentirte “mal” en general, intenta entender si es que estás angustiado por la reunión con unos clientes, porque dudas si pedir más tiempo para entregar un informe o lamentas la marcha precipitada de uno de tus colegas.
  4. Juzgas rápidamente y no cambias tu juicio: te haces una opinión rápida y no notas más que los argumentos a tu favor, ignorando cualquier elemento que te contradiga. Esta tendencia es particularmente peligrosa para los gerentes y directores, pues sus ideas definen la estrategia del equipo. Date el tiempo para cambiar de parecer, teniendo en cuenta las consecuencias y posibles objeciones, para así poder ver las cosas de otra manera.
  5. No conoces tus puntos débiles: todos conocemos a personas o vivimos momentos que nos provocan reacciones impulsivas. Si identificas tus puntos fuertes y débiles, te será más fácil evitar o alejarte de personas o situaciones arriesgadas.
  6. No aceptas tus errores: es una cuestión de equilibrio entre tomar una distancia mental razonable y no olvidar tus errores. Así serás capaz de adaptar tu comportamiento para tener más éxito en el futuro.
  7. Eres demasiado sensible: desarrollar la confianza, abrir la mente y fortalecerse son elementos clave para atenuar la susceptibilidad y dar un paso atrás.
  8. Eres perfeccionista: la perfección no existe, así que no dejes que esta obsesión sea una carga para tu carrera. Trabajar con meticulosidad es más que suficiente.
  9. No eres capaz de desconectarte del trabajo: saber distanciarse es un síntoma de inteligencia emocional y, a la vez, ayuda a reducir el estrés. Así que no vale la pena que abras el correo cada cinco minutos y mucho menos si es fuera de tu horario laboral.
  10. No te interesas por tus compañeros de oficina y te es difícil detectar el carácter de los demás: ya seas introvertido o extrovertido, la curiosidad se va a convertir en tu defecto favorito, pues es la puerta hacia ser empático y abrir la mente. Además, la capacidad de interpretar el carácter y la personalidad de las personas que te rodean y entender qué les motiva es una de las principales características de la inteligencia emocional.

“No tengo ningún talento en especial. Solo soy apasionadamente curioso”. Albert Einstein

¿Listo para apostar por tu inteligencia emocional?

Traducido por Andreína Gil Cabrera

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