“¿Me habré equivocado de empresa?”, cómo reaccionar en caso de duda

28. 5. 2020

5 min.

“¿Me habré equivocado de empresa?”, cómo reaccionar en caso de duda
autor
Ingrid Dupichot

Freelance Content Writer

¿Pensabas que habías conseguido el trabajo de tus sueños pero nada parece ser como lo imaginaste? Tanto si acabas de graduarte como si tienes 20 años de experiencia, hay veces en que llegas a una nueva empresa y encuentras que algo te molesta. Es imposible conocer completamente la realidad de un trabajo antes de empezar. En ocasiones, no está a la altura de las expectativas y, al compararla con las promesas de la oferta de trabajo, es inevitable llevarse un buen chasco. Esto lleva a algunas personas a darse cuenta de que se han equivocado de carrera y a cambiar, mientras que otras comprenden que simplemente no están en la empresa que les corresponde.

En este caso, ¿cómo reaccionar si tienes dudas y crees haberte equivocado? En Welcome to the Jungle te ofrecemos varios consejos para salir de esta incómoda situación y gestionar lo mejor posible las incertidumbres que se te presenten durante el periodo de prueba.

8 preguntas para saber si hiciste bien en aceptar (o no) un trabajo

  1. ¿Qué tipo de misiones quiero tener a diario? ¿Me gustaría un puesto generalista, especializado, creativo, administrativo, operativo, estratégico?
  2. ¿Qué sería insalvable para mí? ¿Me molesta, por ejemplo, tener que pasar mucho tiempo al teléfono haciendo prospecciones o estar a menudo solo en la oficina?
  3. ¿Qué quiero aprender? ¿Qué habilidades quiero fortalecer o adquirir?
  4. ¿Cuál es la cultura de la empresa? ¿Cuál es su visión a corto, medio y largo plazo? ¿Estoy en sintonía con ella?
  5. ¿Cuáles son los métodos de trabajo del equipo al que voy a unirme? ¿Qué gestión se ha implantado en el equipo, el departamento y la empresa?
  6. ¿Cómo es de grande la estructura? ¿Han recaudado fondos recientemente?
  7. ¿Cómo es el ambiente en la oficina? ¿Y el ritmo de trabajo? ¿El equipo se encuentra bajo mucha presión?
  8. ¿Qué importancia tiene el salario para mí? ¿Cuánto me pagarán? ¿De qué forma? ¿Podría evolucionar rápidamente?

Qué hacer si tienes dudas

Date tiempo para pensar en ello

Lo primero que hay que hacer es calmarse y dar un paso atrás para ver las cosas con mayor perspectiva. Aprovecha para observar la situación y para hacerte las preguntas adecuadas. Solo la mitad de los recién contratados están seguros de haber tomado la decisión correcta al aceptar un nuevo puesto, así que recuerda: dudar de una elección profesional es algo común. Todos necesitamos tiempo para adaptarnos y conocer mejor los desafíos del nuevo trabajo y la nueva empresa.

Pero, ante todo, deja de culpabilizarte. Recuerda que las empresas también se ponen a prueba al seleccionar a sus empleados. Puede que ambos os hayáis equivocado, son cosas que pasan.

Hazte las preguntas correctas y observa lo que no va bien

Las razones de tu descontento pueden ser muchas y muy variadas: ¿Es la empresa en sí lo que te disgusta? ¿O solamente el equipo o el trabajo? Entender la razón de tu malestar es algo esencial y te ayudará a no repetir los mismos errores durante una posible contratación en el futuro.

  • Analiza detenidamente lo que sucedió durante el proceso de selección y qué te llevó a elegir esta empresa. ¿Tuviste miedo de hacer demasiadas preguntas durante la entrevista de trabajo? ¿Aceptaste el puesto porque la búsqueda de empleo te estresaba? ¿Soñabas con ello?

  • Abre tu mente para obtener una visión general. ¿Existen otros factores contextuales que pudieran explicar la crisis que estás atravesando? Familiares, amorosos, sociales, económicos… Es normal que un cambio en un ámbito de nuestra vida afecte a otro, incluso aunque no nos demos cuenta.

  • Concéntrate en la situación. Tus frustraciones pueden ser de naturaleza muy diferente. ¿Eres una persona creativa por lo que te ahogas en tareas administrativas o repetitivas? ¿No hay solidaridad entre tus compañeros? ¿La relación con tus superiores es poco satisfactoria? ¿La cultura corporativa no te conviene? ¿El ritmo de trabajo empieza a preocuparte? ¿Tu departamento carece de recursos? ¿El problema reside en el entorno laboral o está intrínsecamente ligado al sector profesional como tal? En definitiva, céntrate en identificar con precisión el origen de tu malestar, sin juzgarlo, tanto si a primera vista parece estar justificado como si no. No dudes en poner por escrito todo lo que te reconcome, es una buena forma de aclarar tus ideas y entender mejor la situación.

  • Respeta tus valores y deseos. ¿Qué criterios profesionales son más importantes para ti? ¿En qué quieres centrarte ahora mismo? Puede ser el salario, la calidad de vida en el trabajo, la flexibilidad de los horarios, las perspectivas de evolución y de formación, los productos o servicios prestados por la empresa…

¿Me quedo o me voy?

Considera las diferentes alternativas

Si no estás totalmente seguro de querer marcharte, ten paciencia, no tomes una decisión impulsiva de la que puedas arrepentirte después. Concéntrate en la táctica y en la estrategia que vas a adoptar.

Si la empresa te ofrece la oportunidad de cambiar de equipo, de lugar o incluso de puesto, ¿esto te gustaría, o es la empresa en sí lo que no soportas? Este tema puede ser bastante peliagudo cuando acabas de llegar. Una buena opción podría ser reunir información y esperar hasta el final del periodo de prueba, sin dejar de demostrar tu motivación y tu compromiso con la empresa antes de hacer cualquier solicitud formal.

Entabla un diálogo y establece una relación lo más transparente posible con tu jefe y con Recursos Humanos. Sé honesto en tus preguntas y tus expectativas, así como al tratar las ambigüedades y los bloqueos. Atrévete a hacer las preguntas que te preocupan y mantén una conversación profunda y serena. De este modo podrás compartir tus preocupaciones e inquirir si las cosas pueden cambiar y cómo. Tampoco dudes en proponer acciones de mejora que sean beneficiosas para todos.

Esto te permitirá identificar tus exigencias en el futuro, para evitar así encontrarte en la misma situación y poder hallar la empresa correcta.

Si decides quedarte

  • Saca provecho de la situación y céntrate en lo positivo: adquirir nuevas habilidades y experiencia, ampliar tu red de contactos, ser parte de una nueva empresa…
  • Fíjate un límite de tiempo. Ya sea dentro de un mes o de seis, lo importante es fijarse una fecha límite para hacer un balance. ¿Se han evaporado tus dudas? ¿Han dado fruto las acciones o promesas de tus superiores? El tiempo lo dirá.

Si decides irte

  • No te sientas culpable: cuando un contrato fijo no se confirma al final del periodo de prueba, (no puede ser de más de 6 meses) la mayoría de las veces es por iniciativa del empleado.

  • Aprender que correr riesgos también significa aceptar las equivocaciones, y de nada sirve obsesionarse con un fracaso. En su lugar, piensa en él como en una base para la reflexión y el aprendizaje sobre ti mismo y el mundo empresarial. Ciertos elementos, como el feedback constructivo, te servirán en futuras entrevistas de trabajo, donde podrás demostrar tu madurez mediante tu capacidad para pasar página.

  • Aunque suele ser más fácil mantener la motivación y encontrar un nuevo trabajo mientras sigues en activo, es mejor que te marches si la situación pone en peligro tu equilibrio mental o si necesitas un verdadero descanso para centrarte y volver a empezar con buen pie.

  • Si estás buscando otro puesto de forma activa, ahora es el momento de indagar en empresas en el mismo sector o en la misma ciudad, salvo que creas necesario un cambio más radical. También puedes hacer uso de tu red de contactos para descubrir nuevos oficios y buscar empresas cuyos valores coincidan con los tuyos.

  • Anuncia tu partida y asegúrate de hacerlo bien. Empieza por hablarlo con la gente que confió en ti desde el principio: los empleados de RR. HH. que se encargaron de tu contratación, tu jefe… Sé sincero, pero siempre desde el respeto. Si, por ejemplo, te has llevado alguna sorpresa, recalca que te hubiera gustado que se te informara de ello desde el principio. Aquello que no te ha convencido podría haberle molestado también a tu predecesor, y podría incomodar igualmente a quien te reemplace después. Plantea una situación en la que todos salgáis ganando, y en la que podáis beneficiaros de este fracaso.

En cualquier caso, da lo mejor de ti hasta el último momento, incluso si ya estás centrado en la búsqueda de otro trabajo. Piensa que no se te recordará por cómo llegaste, sino por cómo te fuiste. Y no hace falta que te recordemos lo importante que son las buenas relaciones, ¡tanto en los negocios como la vida!

Traducido por Rocío Pérez

Foto de WTTJ

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