Verificadores de información: la lucha diaria contra las 'fake news'

21 mai 2020

8min

Verificadores de información: la lucha diaria contra las 'fake news'
auteur.e
Jelena Prtoric

Journalist

Puede que ya hayas oído teorías como que el nuevo coronavirus es en realidad un arma biológica creada por el hombre, o que la tecnología 5G es la verdadera causa del brote del virus. Este tipo de afirmaciones circulan ampliamente por las redes sociales. Los usuarios las leen y las comparten miles de veces antes de que los expertos tengan la oportunidad de desacreditarlas. Con tanta información disponible, ¿cómo sabremos a quién creer, ya se trate del coronavirus o de cualquier otro tema?

Hemos hablado con dos verificadores de información para indagar de cerca cómo consiguen luchar contra las noticias falsas (conocidas como ‘fake news’) y restaurar la confianza en los medios de comunicación.

La difusión deliberada de información falsa no es ninguna novedad. Los primeros ejemplos de “información falsa, desinformación y propaganda” se remontan a la época del Imperio romano, cuando Marco Antonio conoció a Cleopatra y su rival Octavio lanzó una campaña de desprestigio en forma de pequeñas frases mordaces grabadas en monedas, una especie de Twitter de la Antigüedad.
Pero las cosas han cambiado desde la época de Cleopatra. Las noticias falsas (aquellos rumores, bulos y demás información falsa disfrazados de datos verificados) ahora aparecen en las redes sociales y las compartimos en nuestros grupos de WhatsApp. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, también ha contribuido a popularizar el término fake news, llegando a afirmar que lo había inventado él (lo cual, como era de esperar, resultó ser falso).

A pesar de su cotidianidad, no deberíamos subestimar el poder de las noticias falsas, que cada vez son más señaladas como una amenaza para la democracia, el orden público y el libre debate, muchas veces causando confusión y, en ocasiones, miedo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Covid-19 ha provocado una “infodemia”, es decir, un bombardeo constante de información, tanto verdadera como falsa, en el que resulta imposible separar el grano de la paja. En Reino Unido, un informe del organismo regulador de telecomunicaciones Ofcom reveló que la mitad de los adultos del país estuvieron expuestos a noticias falsas sobre el coronavirus durante la primera semana de abril, y dos tercios de ellos recibían información errónea a diario.

Por suerte, hay quienes trabajan muy duro para asegurarse de que la verdad salga a la luz: este es el trabajo de los verificadores de información.

¿Por qué está cobrando impulso la verificación de información?

La proliferación de noticias falsas ha provocado el auge de organizaciones dedicadas a la verificación de información, cuyo trabajo consiste en analizar contenidos y desacreditar los bulos. Las primeras plataformas de verificación de información surgieron a principios de este siglo, y actualmente ya existen un total de 237, repartidas por casi 80 países.

El Objetivo, en La Sexta, se convirtió en 2013 en el primer programa de televisión español basado en la verificación de información pero, a día de hoy, ya son varios los medios de comunicación españoles signatarios de la Red Internacional de Verificación de Datos o IFCN (por sus siglas en inglés), como la Agencia EFE, a través de EFE Verifica, o la plataforma Maldita, por ejemplo.

¿Quiénes son los verificadores de datos y cómo puedes convertirte en uno?

La mayoría de los verificadores de datos o fact-checkers son periodistas que aplican los principios fundamentales de su profesión: la verificación de la información y la comprobación cruzada de datos y fuentes para validar o invalidar una información concreta.

Alastair Brian, jefe de redacción de la unidad de verificación de información de The Ferret, cooperativa independiente escocesa de medios de investigación, es uno de ellos. Empezó a trabajar para esta organización en su sede de Edimburgo hace tres años: “Cuando trabajas en el mundo de la información, hay que ser rápido. Te pasas todo un día intentando sacarle una declaración a un político y no siempre tienes tiempo de verificarla”, comenta. “Ahí es donde entramos nosotros. A partir de hechos como el referéndum sobre el Brexit o sobre la independencia de Escocia, la necesidad de comprobar la información circulante se hizo todavía más evidente”.

“Cuando trabajas en el mundo de la información, hay que ser rápido” - Alastair Brian, jefe de redacción de la unidad de verificación The Ferret

Pero no todos los verificadores de información son periodistas de profesión. Es el caso de Claire Milne, subdirectora de Full Fact, una organización de verificación de información independiente y sin ánimo de lucro con sede en el Reino Unido. Claire, con experiencia previa en investigación y consultoría, se unió al equipo de Full Fact en Londres hace cuatro años: “Mi experiencia profesional previa me ayuda en mi trabajo como verificadora”, afirma. “En Full Fact somos 30 personas con una amplia gama de habilidades. El hecho de proceder de sectores tan diferentes supone una gran ventaja, dada la amplia diversidad de afirmaciones con las que trabajamos cada día”.

¿Cómo es el día a día de un verificador? ¿Ha cambiado debido a la crisis del coronavirus?

Para Claire y su equipo, la jornada comienza siempre con el seguimiento de las noticias: “Revisamos todos los canales de los medios de comunicación en busca de afirmaciones que queramos verificar. Esto incluye las redes sociales, como Facebook y Twitter, así como los informativos, los periódicos y los sitios web de noticias, y nuestros lectores también nos envían sugerencias”, comenta.

El proceso es el mismo para Alastair en The Ferret: “Mi trabajo diario consiste en leer las noticias, revisar los emails de los departamentos de prensa de los políticos, supervisar sus publicaciones en las redes sociales y comprobar lo que se dice en las noticias de la radio y la televisión. Presto especial atención a las declaraciones que suenan un tanto dudosas, así como a las que se comentan o comparten más de lo normal en las redes sociales”, explica.

“Presto especial atención a las declaraciones que suenan un tanto dudosas, así como a las que se comentan o comparten más de lo normal en las redes sociales” - Alastair Brian

Sin embargo, el Covid-19 ha alterado por completo el panorama de la verificación de información. “Se trata de una situación única: el coronavirus está en el punto de mira de todos los medios de comunicación, no se habla de otra cosa”, dice Alastair.

En Full Fact el ritmo de trabajo se ha intensificado desde el comienzo de la pandemia. “Cada mañana nos reunimos para decidir qué información vamos a examinar. Tenemos un proceso de verificación bastante riguroso para garantizar que el contenido que publicamos sea lo más fiable y de la mayor calidad posible. Cada artículo que redactamos es revisado de principio a fin por otro miembro del equipo, y la información se verifica una segunda vez. Al final, una tercera persona se encarga de la corrección del texto. Todos los artículos que publicamos han pasado por las manos de tres miembros del equipo”, explica Claire.

En cierto modo, el Covid-19 ha provocado un cambio en la forma en que los verificadores de información colaboran entre sí a nivel internacional. A la hora de verificar las declaraciones sobre el coronavirus, los verificadores se remiten a los expertos y a la información publicada por fuentes fiables (como la OMS, o los ministerios de Sanidad de cada país, por ejemplo) y examinan las investigaciones académicas y científicas sobre el Covid-19 y otros virus similares. Pero ahora también están uniendo fuerzas con verificadores de otros países. En enero, la IFCN lanzó la #CoronaVirusFacts Alliance (y su equivalente en español #DatosCoronaVirus), que reúne a más de 100 verificadores de datos a nivel mundial. Su labor consiste en publicar, compartir y traducir información verificada sobre el coronavirus.

¿De dónde proceden las noticias falsas y quién las difunde?

Desde simples bromistas hasta teóricos de la conspiración, pasando por políticos, estafadores y extremistas, las fuentes de propagación de las noticias falsas son numerosas. El Institute for Strategic Dialogue o ISD, un think tank con sede en Londres, ha publicado recientemente dos informes sobre la desinformación relativa a la pandemia. En ellos se afirma que la pandemia del coronavirus ha ido ganando una “importancia creciente entre los grupos de extrema derecha, que han difundido información falsa alegando que ‘el virus es un arma biológica china’ o asegurado que ‘los ricos ya disponen de una cura’”. El ISD también concluye que las noticias falsas se están compartiendo no solo a través de las redes sociales, sino de aplicaciones de mensajería como WhatsApp.

Alastair Brian señala que, en ocasiones, la gente comparte noticias falsas por diversión. “La información más surrealista que tuve que verificar recientemente fue una captura de pantalla del canal de noticias Sky News que anunciaba que Rusia había liberado leones por las calles de Moscú para reforzar el confinamiento”, cuenta. “En realidad se trataba de una foto de una película rodada en Sudáfrica en 2016, que alguien había manipulado para que pareciera sacada de una web de noticias”.

“La información más surrealista que tuve que verificar recientemente fue una captura de pantalla del canal de noticias Sky News que anunciaba que Rusia había liberado leones por las calles de Moscú para reforzar el confinamiento” - Alastair Brian

Alastair afirma que la información falsa se difunde mucho más rápido a través de grupos de Facebook (no publicaciones generales de Facebook) y grupos de WhatsApp. “En este caso no se trata de figuras públicas o políticos que intentan engañar a los lectores compartiendo noticias falsas sobre el coronavirus, sino más bien de cadenas de mensajes parecidas a las que se solían enviar por correo electrónico o por carta. Son informaciones que se comparten de persona a persona, no de una figura política al ciudadano”, explica.

¿Cuáles son las noticias falsas más comunes sobre el Covid-19?

Las noticias falsas pueden tener repercusiones muy serias. “Una de las publicaciones más virales trataba sobre los diferentes síntomas y tratamientos del Covid-19 y contenía muchas afirmaciones inexactas o incluso engañosas, por lo que la gente podía llegar a la conclusión de que no tenía el virus”, comenta Claire. En la publicación se afirmaba que si tenías goteo nasal, entonces se trataba simplemente de un resfriado común. Aunque es cierto que el goteo nasal no es uno de los síntomas más comunes, no descarta la presencia del virus, concluyó Full Fact.

En otra publicación ampliamente compartida se explicaba cómo hacer un autodiagnóstico. “Afirmaba que si eras capaz de aguantar la respiración durante diez segundos, no tenías el Covid-19. No hay ninguna base científica que lo corrobore”, asegura Claire.

“La publicación afirmaba que si eras capaz de aguantar la respiración durante diez segundos, no tenías el Covid-19. No hay ninguna base científica que lo corrobore” - Claire Milne, subdirectora de Full Fact

Alastair ha denunciado una docena de afirmaciones similares, incluido el supuesto consejo de un médico japonés de beber agua cada 15 minutos o el uso de remedios caseros como la vitamina C o el ajo. “También se dijo que el calor era eficaz para combatir el coronavirus, ya fuera tomando bebidas calientes o mediante saunas, e incluso llegué a leer un mensaje de WhatsApp donde se afirmaba que el aire caliente de un secador de pelo bajo la nariz acabaría con el virus”, se lamenta Alastair.

La verificación es una labor colaborativa en la que todos podemos participar

En todo el mundo, las redes de verificadores de información están trabajando para destruir bulos que no entienden de fronteras. “Vimos una foto de lo que decían que era un hospital militar de campaña en Escocia, cuando en realidad se trataba de un hospital de Madrid. En casos como este, la colaboración entre países resulta muy útil”, afirma Alastair.

Todos podemos poner nuestro granito de arena y evitar compartir noticias falsas. Un estudio realizado en 2019 por el psicólogo canadiense Gordon Pennycook demuestra que las personas que tienden a compartir noticias falsas en realidad no tienen ningún problema para distinguir entre lo verdadero y lo falso, “pero el contexto de las redes sociales desvía su atención hacia otros factores más allá de la verdad o la precisión”.

Por eso, un primer paso crucial es saber detectar la información errónea y pararse a pensar antes de compartirla. Si suena demasiado bueno para que sea verdad, probablemente no lo sea: “Si el contenido te provoca una fuerte respuesta emocional, si te ofende, te molesta o te hace muy feliz, es mejor investigar un poco antes de compartirlo”, afirma Claire.

Según Alastair, la regla número uno es comprobar la fuente. “¿Confías en la fuente de la que procede? Si crees que no es fiable al 100%, una simple búsqueda en Google te ayudará a saber quién hay detrás”, comenta. Dos minutos de indagación podrían ser suficientes para evitar compartir información falsa y potencialmente dañina. Además, les harás la vida mucho más fácil a los verificadores de información.

Traducido por Rocío Pérez

Foto de WTTJ

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