Cómo buscar trabajo mientras ocupas otro puesto

18. 11. 2019

7 min.

Cómo buscar trabajo mientras ocupas otro puesto
autor
Javier Lacort

Redactor freelance especializado en tecnología y startups

Si hablamos de buscar trabajo, solemos pensar en la situación a la que te enfrentas cuando estás desempleado. Sin embargo, no son menos habituales las situaciones en las que, aunque ocupemos un puesto en una determinada empresa, aspiremos a encontrar otro empleo. Puede que quieras dar un paso adelante en tu carrera y tu empresa actual no te lo permita, o que tengas un contrato temporal y quieras anticiparte para buscar una alternativa antes de que este termine. En cualquier caso, gestionar un proceso de selección para un nuevo empleo mientras estás trabajando puede convertirse en todo un reto. Necesitarás organizarte, pero sobre todo, conocer qué puedes hacer y qué no en esta situación.

Conoce tus derechos

Ya tengas un contrato indefinido, temporal, de obra y servicio o de cualquier otro tipo, siempre tendrás derecho a buscar otro empleo y dejar el actual. Sin embargo, y puede que suene muy obvio, cuando busques trabajo mientras ocupas otro puesto no puedes:

  • Utilizar para ello las herramientas de tu empresa (ordenador, teléfono móvil, conexión a Internet, instalaciones físicas).

  • Usar tu tiempo de trabajo (pagado por la empresa), para dedicarte a buscar ofertas.

  • Hacer o responder una llamada relacionada con este proceso desde el teléfono del trabajo.

  • Usar el correo electrónico corporativo.

No solo te arriesgas a que tu empresa descubra tu actividad paralela, sino que ofrecerás una imagen muy poco profesional a tu posible futura empresa. Además, si la empresa detecta una bajada en tu rendimiento y la asocia a este uso personal de las herramientas de trabajo, podría llegar a obrar en consecuencia con una sanción o incluso el despido. Podrías incluso perder un posible finiquito y acabarías ganándote una mala reputación dentro del sector.

Ante todo, ¡discreción!

Con tu empresa

En cualquier caso, es necesario que revises tu contrato para asegurarte de que ofreces a la empresa el preaviso establecido. Nuestra recomendación es que comuniques tu intención de marcharte con el tiempo suficiente para que la empresa pueda sustituirte, pero no necesariamente antes de que empiece ese periodo de preaviso. Cuando inicies tu búsqueda de un nuevo empleo, puede resultarte útil incluir ese periodo en tus estimaciones. Piensa en:

  • El tiempo que puede llevarte encontrar otro puesto

  • El tiempo que puedes permitirte pasar sin cobrar un sueldo (qué cantidad te corresponde con el finiquito, si tienes o no derecho al subsidio por desempleo, durante cuánto tiempo y qué cantidad, cantidad de meses que puedes vivir tirando de ahorros…)

  • Qué margen podría darte tu potencial nueva empresa para firmar tu contrato

Pero si acaba sucediendo que tu actual empresa descubre que estás buscando un nuevo empleo, no está de más que prepares una respuesta adecuada listando los motivos por los que no estás a gusto, especialmente si ya los expusiste en el pasado y no han sido remediados; o lo que estás buscando en otra empresa y crees que no puede ser satisfecho en la actual.
Y, sobre todo, aunque tengas la firme voluntad de cambiar de empleo, sigue trabajando como un buen profesional hasta que abandones la empresa: no te muestres desmotivado y demuestra que tu intención de marcharte no afecta a la calidad de tu trabajo.

Con tus compañeros

La voluntad de cambiar de empleo es natural, y aunque aprovechar nuestra red de contactos para tratar de encontrar nuestro futuro trabajo puede resultar muy positivo, no siempre es buena idea que todo tu entorno esté al tanto de tus intenciones. Lo ideal es compartirlo únicamente con personas discretas y de confianza.

Siempre es mejor evitar que tus compañeros de trabajo u otras personas que puedan tener vínculos con tu empresa actual estén al corriente de un intención de abandonar la compañía. Podrías ponerles en una situación complicada frente a sus superiores: si descubren que conocían tus intenciones y no lo comunicaron, la relación entre ellos puede erosionarse.

Y cuando por fin llegue el momento de anunciarles tu marcha, asegúrate de organizar bien tus tareas y de indicar si alguno de tus compañeros deberá tomar el relevo de algunas de ellas. Les demostrarás que te esfuerzas por que tu decisión les afecte lo menos posible y será más fácil mantengas una buena relación con ellos.

Online

En el entorno online también tienes que ser muy cuidadoso. De nada servirá tratar de ser discreto con tu empresa y tus compañeros si no lo eres en la red, pues corres el riesgo de que alguien que no esperas pueda enterarse de tu búsqueda de empleo y acabe por difundir la información.

En el caso de LinkedIn, puede ser complicado optar a ciertos puestos sin tener que realizar ningún movimiento a través de esta red social. Puedes optimizar todo lo posible tu huella digital reciente en ese sentido ajustando algunas configuraciones de privacidad. Por ejemplo, puedes desactivar varias opciones, sobre todo las que hacen referencia a tu visibilidad en la red, a los cambios que has realizado en el currículum o a las empresas que has empezado a seguir.

También debes tener cuidado a la hora de inscribirte en ofertas anónimas, que suelen publicar empresas de trabajo temporal en servicios de contratación externa ejercen como intermediarias para las ofertas de una tercera empresa). Aunque quizás te puedan parecer tentadoras, son un arma de doble filo. Podrías acabar solicitando una oferta publicada por la empresa para la que ya trabajas o enviar una candidatura a alguien cercano cercano a otro trabajador de tu empresa a quien podría revelar la información.

Cómo organizar la búsqueda

Con estos preceptos en la cabeza, ya puedes poner en marcha tu búsqueda. Con un escenario tan complicado –buscar trabajo teniendo ya otro– es aún más importante de lo habitual organizarte bien y fijar las líneas maestras del proceso.

1. Cuándo buscar

Para organizar tu búsqueda de empleo, es fundamental que fijes horarios y entiendas el proceso de búsqueda como una rutina más. Por ejemplo, puedes adelantar el despertador y fijar 30 minutos diarios antes de salir de casa para dedicarte exclusivamente a buscar ofertas de empleo, y puedes hacer lo mismo antes de cenar. Lo importante es incluirlo en tu día a día para que buscar trabajo no acabe desplazado por las tareas cotidianas.

2. Cómo gestionar tus candidaturas

Otro aspecto que puede complicarse durante la búsqueda de empleo es el seguimiento de las candidaturas. Una herramienta que puede resultarte muy útil es una tabla en la que anotar los detalles de cada una de ellas. Por ejemplo, nombre y datos de contacto de la empresa, fecha y medio de envío de la candidatura, información que se hizo pública en la oferta, título y descripción del puesto…

En esta tabla podrás registrar cada movimiento o cada actualización que tengan tus candidaturas, desde correos electrónicos hasta llamadas telefónicas e incluso los posibles rechazos, para que te sea más fácil seguirlas con el poco tiempo del que dispones fuera de tu trabajo actual.

Por cierto, te recomendamos que utilices un e-mail específico para ese proceso. De esta forma tu búsqueda de empleo quedará desvinculada de tu correo personal.

3. Cómo gestionar llamadas

Este es uno de los aspectos más complicados. Si te contactan por correo electrónico, la respuesta no tiene por qué ser inmediata: puedes –debes– esperar a salir del trabajo para responder. En cambio, si te contactan por teléfono, corres el riesgo de responder (al tratarse de un número que no conoces) y de tener que tratar con tu interlocutor, una situación muy poco recomendable si estás en el trabajo. En este caso, lo mejor es pedir que te vuelvan a llamar en un intervalo en el que vayas a estar fuera del trabajo.

Hay dos posibles formas de prevenir ese escenario. Por un lado, puedes activar tu contestador y desviar hacia él todas las llamadas que recibas durante el horario laboral, especialmente las que vienen de números que no conoces y podrían ser de las empresas que siguen tu candidatura. Aquí es una buena idea que personalices tu mensaje para informar de las horas en las que estarás disponible.

Por otro, siempre puedes extender esta recomendación a los correos, llamadas o formularios que intercambies con tus posibles empleadores: hazles saber cuáles son los intervalos de tiempo en los que pueden localizarte, siempre fuera de tu horario de trabajo. Es posible que según la especialización del puesto y tu potencial nivel de responsabilidad, tus reclutadores estén más o menos dispuestos o aceptar condiciones para las llamadas. Así que deberás ser tú mismo quien valore cómo quieres proceder.

4. Cómo organizar las entrevistas

Las entrevistas son todavía más delicadas, ya que te exigen ausentarte de tu puesto. Además, en muchos casos, el proceso de selección no constará de una única entrevista, sino de varias. Así que, aunque pueda parecer difícil de compaginar, siempre puedes:

  • Tratar de acordar el encuentro para las horas o días en los que no trabajes, pero esto no siempre es posible. También puedes buscar otras fórmulas, como las horas alrededor de tu descanso para la comida, por ejemplo.

  • Pedir días de vacaciones, si tu empresa y tu contexto te permite elegir los días libremente, o usar los días de asuntos propios, si es que necesitas algo más de tiempo para poder llevar a cabo tu búsqueda con éxito o para acudir a entrevistas presenciales.

También es importante que prepares tu discurso para las posibles preguntas que pueda plantearte el entrevistador sobre tu empresa actual: además de las preguntas sobre tu cargo y tus responsabilidades, te preguntarán casi con toda seguridad también por las razones por las que quieres dejar tu puesto o cómo es la relación con tus compañeros o tus superiores.

Y por último, ¡no descuides los detalles! La cuestión del vestuario es un buen ejemplo: si sueles vestirte con ropa informal, deberás prever qué hacer en caso de que la entrevista a la que vayas a asistir al salir del trabajo requiera que vistas de manera más formal, pues ir vestido directamente a la oficina podría resultar extraño a tus compañeros y responsables.

Qué esperar de tu futura empresa

Puesto que estás dispuesto a abandonar tu puesto actual para entrar a formar parte de otra empresa, es importante que dispongas de tanta información como te sea posible sobre la empresa a la que te postulas. Por ejemplo, preguntando a la propia empresa o a posibles trabajadores que conozcamos y sean de confianza por beneficios en las condiciones del puesto, como los días de vacaciones, la posibilidad de teletrabajar, los horarios habituales y su posible flexibilidad, etc.

Y por último, si todo sale bien y tu incorporación es inminente, intenta asegurarte de que tu nueva empresa no se echará atrás para cuando ya te hayas despedido de tu empresa anterior; algo que no es muy habitual, pero podría ocurrir. Puedes pedir que estudien la posibilidad de firmar un precontrato de trabajo contigo, o incluso una figura poco conocida pero muy apropiada para este contexto: el compromiso de contratación, un documento que obliga a ambas partes (sí, también a ti) a formalizar un vínculo laboral en el futuro. Así que, si estás trabajando, pero has decidido ampliar tus horizontes, ¡ya nada te impide iniciar tu nueva búsqueda de empleo!

Foto de WTTJ

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