Carta de presentación: cómo usarla para conseguir el puesto que quieres

11. 6. 2019

6 min.

Carta de presentación: cómo usarla para conseguir el puesto que quieres
autor
Javier Lacort

Redactor freelance especializado en tecnología y startups

Un currículum puede decir muchas cosas de ti, pero también puede quedarse corto. ¿Cómo mostrar entonces en tu candidatura tus inquietudes, aspiraciones y las habilidades personales (las llamadas “habilidades blandas”) que puedes aportar a la empresa? Apúntate el recurso que te permitirá expresarte y aumentar el nivel de diferenciación frente a otros candidatos: la carta de presentación. Te contamos qué es, los secretos para redactar una carta que marque al entrevistador y la diferencia que puede suponer hacerla bien… o no.

La carta de presentación es el escrito que adjuntamos con nuestro curriculum vitae y en el que exponemos a la empresa a la que aspiramos cuáles son los motivos por los que deberían contratarnos a nosotros y no a otro candidato. Supone hablar de nuestras virtudes, de lo alineados que estamos con la compañía e incluso de trabajos que hayamos desempeñado (o proyectos por nuestra cuenta) que nos sirvan como experiencia para este nuevo puesto. En definitiva, se trata explotar la posibilidad de convencer al empleador de por qué tú eres el candidato idóneo.

Tal y como explica Cristina Jiménez, directora de First Hunting, empresa de headhunting y selección de personal, “esta carta debe contar la experiencia, los objetivos, hacia dónde quiere ir el candidato… Y así, además, podemos ver su habilidad argumentativa, su capacidad para la redacción”. Por tanto, no ha de escribirse tomándola como un trámite, sino como una misión en sí misma: será más fácil alcanzar nuestro objetivo si bordamos este documento.

La carta de presentación en la era del e-mail

En los procesos de selección actuales, con frecuencia se invita a los candidatos a llevar el currículum presencialmente o enviarlo por correo electrónico, pero en otras, la contratación para únicamente por un formulario web sin espacio para información extra.

Esto último es lo que ha contribuido principalmente a que la carta de presentación ya no sea tan habitual en España como antaño. Así lo considera Javier Marín, socio director y experto en Recursos Humanos de Cruma, consultoría de gestión y administración empresarial: “Hace unos años, el 90% de los CV iban acompañados de una carta, pero hoy en día, con la digitalización, es al revés, tan solo el 10% la llevan”.

Esto quizás se entienda mejor con algo que apostilla Cristina: “La carta de presentación ahora forma parte del correo electrónico en el que se adjunta el currículum; se aprovecha el mismo cuerpo del correo para escribirla”.

Por tanto, más que desaparecer, ha mutado. Quizás por eso la propia carta en formato tradicional parezca estar en vías de extinción, sobre todo para candidatos que no aspiren a un puesto directivo, donde las vías más tradicionales siguen más vigentes.

“Con la digitalización, solo el 10% de los CV van acompañados de una carta” - Javier Marín, DRH de Cruma

Los básicos de una buena carta de presentación

Una carta de presentación que realmente te ayude a la hora de lograr un puesto de trabajo ha de transmitir seriedad y estar redactada acorde al nivel de formalidad que requiera el cargo a ocupar. Ha de ser directa y en su redacción debemos evitar regodearnos, especialmente cuando hablemos de nuestras virtudes: recuerda que el objetivo es explicarle a la empresa por qué te interesa trabajar para ellos y contar con naturalidad lo que nos hace perfectos para la candidatura.

De ella la empresa podrá concluir cuál es nuestro nivel de atención al detalle. De hecho, en algunos puestos, esa atención al detalle puede ser decisivo: demostrar en la carta de presentación que se tiene mucha puede ser diferencial para obtener el puesto… o no.

La personalización es la clave

Entre las prácticas que denotan falta de atención al detalle está el no personalizarla. “Personalizarla es muy importante, ya que denota también un alto interés en esa oferta concreta. Si no, genera la sensación de que se está dirigiendo a una empresa más de un gran listado en el que no hay prioridades”, dice Cristina. Ahí entra en juego modificar el nombre de la persona a quien va dirigida y el de la empresa de la que se trata, pero también el propio contenido de la carta.

Las faltas de ortografía, a evitar a toda costa

Por supuesto, las faltas de ortografía cuentan. Para mal, claro. “A un acento, una coma, o aspectos leves, se les puede no dar importancia, pero a veces se ven faltas graves que evidencian no haberse tomado la molestia ni de pasar un simple corrector”, explica la directora de First Hunting. Así y todo, la importancia de las faltas no es la misma en candidaturas como la de un operario, que no requerirá esta habilidad, que en un puesto en una redacción, donde la expresión escrita lo es todo.

La firma: ¿necesidad o anacronismo?

Una duda que puede asaltarnos es si es conveniente firmar o no la carta de presentación. Hay que tener en cuenta que la firma (aunque sea en formato digital) es un elemento de reafirmación que puede tener más sentido en mandos intermedios o puestos superiores, no tanto en niveles inferiores de la jerarquía de una empresa. En cualquier caso, no es imprescindible.

“A veces se ven faltas graves que evidencian no haberse tomado la molestia ni de pasar un simple corrector” - Cristina Jiménez, directora de First Hunting

5 consejos para escribir una carta de presentación

Con la ayuda de Cristina y Javier, ahí van cinco consejos para preparar una carta de presentación que realmente nos pueda ayudar a conseguir un empleo. Recuerda que no darle la atención que merece puede ser contraproducente. Si creas una carta a desgana es mucho más probable que solo coseches esa misma apatía por parte del empleador que evalúe tu solicitud. Si consigues gustarle, será más probable que acabes siendo contratado. Si le enamoras, laboralmente hablando, enhorabuena: estás dentro.

  1. Una carta y un estilo acorde al puesto. No es lo mismo aspirar a un puesto de alta rotación sin cualificación necesaria en el sector terciario que encarar el proceso de selección de un puesto directivo en una multinacional. En el primer caso se suele esperar poco más que corrección y disposición para el trabajo, mientras que en el segundo caso se presupone un alto nivel léxico y una declaración de intenciones mucho más profunda. Detecta dónde estás y parte de la base adecuada.

  2. No pienses que tres líneas en un mail equivalen a una carta de presentación. Con la llegada del correo electrónico ha habido, en mayor o menor medida, cierta tendencia a pensar que es suficiente escribir algo como “Tengo muchas ganas de trabajar en su empresa, soy puntual y perfeccionista. Le adjunto mi curriculum”. No es así. Resta formalidad y seriedad, y los reclutadores así lo perciben. No dedicarán más tiempo a evaluarte que el que tú has destinado a preparar tu oferta. Puedes usar el cuerpo del e-mail, pero sin olvidar que sigue siendo una carta, con estructura de ídem y un nivel mínimo de formalidad. Especifica a quién te diriges, preséntate y cuenta tu contexto y tu motivación para formar parte de la empresa.

  3. Revísala a fondo y pide ayuda si la necesitas. Si somos honestos con nosotros mismos es fácil saber cuáles son nuestras limitaciones, las áreas en las que no nos podemos considerar expertos. Si la redacción es una de ellas, no está de más que, además de nuestra propia revisión, le pidamos también una a alguien de confianza con más talento para las letras que pueda detectar incoherencias, faltas de concordancia, errores ortográficos o señales de un vocabulario limitado, como la repetición de adjetivos o de construcciones gramaticales. Esos “así mismo” o los “no obstante” que se repiten varias veces en poco espacio… argh.

  4. Habla de ti con sinceridad. Huye de lo estándar y resalta tus auténticas virtudes. Caer en lo genérico es contraproducente. Por poder, puedes hablar incluso de tus defectos. Lo explica Cristina: “Todos tenemos defectos y es algo que siempre preguntamos en las entrevistas, no solo por saberlos, sino también para saber cuáles son las formas de remediarlos. Las personas no solo aprendemos de las victorias, también de los errores y los fracasos. Para mí es uno de los elementos más importantes”.

  5. ¡Sé diferente! Un experto en Recursos Humanos tarda, de media, ocho segundos en leer un currículum gracias a su experiencia para detectar palabras clave. Cuando un candidato introduce algo [creativo, original y trabajado, ese tiempo se dispara, ya que se logra captar su atención. Lo mismo pasa con las cartas de presentación: desde utilizar recursos como pueden ser una franja azul clara en un lateral del documento o una tipografía cuidada, hasta convertirla en un QR o proporcionar un enlace web una versión más visual de la carta, o incluso un vídeo por capítulos o una web propia diseñada para hablar sobre uno mismo desde el plano laboral. Un ejemplo memorable fue el de quien entregó su currículum en una playlist de Spotify. O el de un diseñador de videojuegos que lo integró en su propio videojuego creado específicamente para ello. Todos provocan el mismo “efecto wow” en la empresa contratante, algo que, según Cristina, gusta mucho en el sector.

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