Inteligencia Artificial (IA), los trabajos del futuro

Jan 07, 2020

5 mins

Inteligencia Artificial (IA), los trabajos del futuro

Cuando hablamos de inteligencia artificial (IA), nuestra mente enseguida se pierde entre la fascinación y la desconfianza. No sabemos muy bien qué pensar de estos nuevos métodos que no dejan de crecer con el propósito de crear una nueva forma de inteligencia. Algunos consideran que la inteligencia artificial supone una amenaza para muchos puestos de trabajo actuales, pero otros están convencidos de que tendrá un impacto positivo sobre el mercado laboral. Según Lee Kai-Fu, presidente del instituto Sinovation Ventures, “nos disponemos a vivir la transición más rápida que ha conocido la humanidad, y no estamos preparados”.

Para poder crear cualquier nueva forma de inteligencia artificial es necesario seguir una serie de etapas. Tantas etapas como puestos de trabajo que todavía no existen (o han aparecido recientemente) y que estarán muy demandados en los próximos años. Te presentamos hoy los trabajos del mañana que surgirán como consecuencia del proceso de creación de IA.

El diseñador de personalidad, que crea la arquitectura de la IA

Al principio del proceso de creación de la IA, el diseñador de personalidad de los robots o máquinas es quien determina la arquitectura de la inteligencia artificial.

Si los has utilizado alguna vez, seguro que te habrás imaginado la personalidad de Alexa y Siri, ¿verdad? Pues esto no es fruto del azar, sino del trabajo de un diseñador de personalidad. Este tipo de diseñadores se encargan de construir y perfeccionar la imagen que estos asistentes vocales deben transmitir a los usuarios. En un futuro cercano, Alexa y Siri dejarán de ser los únicos agentes inteligentes con lo que interactuamos a diario, ya que no hay duda de que las inteligencias artificiales se van a ir segmentando para especializarse en sectores concretos.

Los diseñadores de personalidad desempeñarán un importante papel: definirán la arquitectura de la IA y el algoritmo que la compone. Serán, de alguna manera, los “ergonomistas” de la inteligencia artificial. Deberán aportar una base a la IA que resulte pertinente e inteligible para el cliente. Para ser diseñador de personalidad, hay que tener nociones sólidas de psicología, así como conocer bien las nuevas tecnologías y los lenguajes informáticos. En resumen, los algoritmos no deben tener ningún secreto para ti.

El egoteller o guionista de personalidad

La misión del guionista de personalidad o egoteller es dar forma a la personalidad de la inteligencia artificial y hacerla lo más humana posible.

Al igual que un guionista de cine escribe el guión de una película, el guionista de personalidad concibe una especie de guión de la personalidad de la inteligencia artificial. Trabaja junto con el diseñador de personalidad para definir un perfil concreto para la IA. Para ello, le dotará de un campo léxico en particular, un comportamiento, un tono de voz, una postura… En realidad, su objetivo es conseguir crear emociones en una máquina. Y esta no es tarea fácil. La idea es que la IA sea lo más cercana al usuario posible, por lo que el guionista de personalidad trata de crear una relación de confianza con el ser humano.

Gracias al guionista, el perfil de la inteligencia artificial imaginado por el diseñador “toma vida” a través de emociones concretas que reflejan su personalidad virtual. Al igual que un buen copywriter, el guionista de personalidad debe tener nociones de márketing y ser capaz de adoptar una actitud empática, además de conocer las expectativas de los futuros usuarios. Por ello,la creatividad y la imaginación son dos cualidades indispensables para este trabajo.

El garante ético de las IA

Una vez que los diseñadores y guionistas de personalidad han creado las bases de la IA, es necesario asegurarse de que estas responden a los criterios éticos de nuestra sociedad. Para ello, la empresa puede recurrir a un garante ético.

Todos sabemos que la IA suscita numerosas cuestiones éticas. Por ejemplo, según unos informes de Defense One y del New York Times de 2018, Google trabajó en la creación de un código ético con el propósito de desarrollar una inteligencia artificial militar. Y en este proyecto, particularmente sensible, participaron varios garantes éticos.

En los próximos años, vamos a crear una gran cantidad de inteligencia artificial, y en el futuro, viviremos entre varias formas de inteligencia. El desarrollo de la IA nos incita a replantearnos el lugar del Hombre en la Tierra y a imaginar el de las máquinas. ¿Tendrán derechos? ¿Hasta qué punto debemos confiar en la inteligencia artificial? ¿Deberíamos insertarnos chips de IA en el cerebro, como sugiere Elon Musk en su proyecto Neuralink?

Todas estas problemáticas formarán parte del trabajo del garante ético. Por ello, este desempeñará un papel particularmente importante dentro de las grandes empresas tecnológicas, evaluando cada una de sus acciones. En colaboración con los equipos de Dirección y de Márketing, será el guardián de la ética de la empresa. Pero cuidado: para llevar a cabo su misión de forma adecuada, también tendrá que formarse en nuevas tecnologías y adquirir habilidades propias del sector de la IA.

El entrenador de IA: el aprendizaje como base de la inteligencia

Para poder comercializar una nueva forma de inteligencia artificial, esta debe ser autónoma. Y ahí es cuando entra en juego el entrenador de IA.

Para que sean eficaces, es necesario formar a las inteligencias artificiales. Tienen que aprender a reconocer ciertos objetos, perfeccionar su comprensión del lenguaje humano, conseguir identificar emociones diferentes… Las IA pasan la mayor parte del tiempo tratando de mejorar sus habilidades, pero no pueden hacerlo solas sino con la ayuda del formador de IA. Su misión es “alimentar” las plataformas de IA para hacerlas más autónomas. Para ello, les transmite grandes flujos de datos que aumentan sus habilidades.

Ya existen varias empresas expertas en este sector, como es el caso de OpenAI. Recientemente, la empresa anunció el lanzamiento de Neural MMO, una plataforma creada especialmente para entrenar “agentes” de IA en el entorno RPG (un videojuego de rol). Y es que la inteligencia artificial es particularmente útil en el sector de los videojuegos ya que permite mejorar el comportamiento de los PNJ (personajes no jugadores), presentes en videojuegos como PlayerUnknown’s Battlegrounds (PUBG) o Fortnite. El entrenador de IA acompaña así a las máquinas en su proceso de aprendizaje con el propósito de perfeccionarlas. Para convertirse en entrenador de IA, es imprescindible conocer y saber utilizar a la perfección los distintos lenguajes informáticos.

El bróker de datos personales, porque nuestros datos no tienen precio

En el núcleo de lo que se conoce como Big Data se concentra el mundo sagrado de los datos personales. Cuando la inteligencia artificial llega a nuestras casas, el bróker de datos debe analizar los datos recopilados y se encarga de venderlos a las empresas interesadas. Los famosos datos personales, de los que tanto se habla en la actualidad, se han convertido en un elemento clave para las empresas y sus departamentos de márketing, puesto que permiten personalizar campañas publicitarias y dirigirlas de manera mucho más precisa a la audiencia deseada. Se trata de todo un ecosistema que ya está aquí y no ha hecho más que empezar.
En realidad, el bróker de datos es una especie de corredor de bolsa del sector tecnológico. Pero cabe mencionar que no recopila directamente los datos de los consumidores, sino que “se contenta” con comprarlos a las grandes firmas que los almacenan (como Facebook o Google) y luego revenderlos a empresas interesadas. Así, el bróker de datos recupera “datos brutos” y les aporta valor añadido al analizarlos mediante cruces de bases de datos.

Este profesional elabora informes que sus clientes utilizarán para adaptar sus operaciones comerciales. Para ser bróker de datos es necesario tener sólidos conocimientos de finanzas y de criptomonedas. Tener unos buenos conocimientos de Big Data es también por supuesto una gran ventaja.

Un informe de Dell y el Institute for the Future, llevado a cabo en 2017, estima que el 85% de los trabajos de 2030 todavía no existen. Como podrás imaginar, resulta muy difícil proyectarse hacia el futuro, incluso un futuro tan cercano. El actual avance desenfrenado de las nuevas tecnologías parece confirmar los resultados del estudio. Sólo hay una cosa casi segura: la inteligencia artificial tiene un gran futuro, así que los jóvenes que quieran especializarse en este sector seguramente tendrán mucho donde escoger.

Tradicido por María Gutiérrez

Foto de WTTJ

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