Por qué (y cómo) aprender a gestionar nuestra energía además de nuestras tareas

Apr 15, 2021

5 mins

Por qué (y cómo) aprender a gestionar nuestra energía además de nuestras tareas
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Laia Antúnez

Freelance Content Creator

Cuando se termina la batería de tu smartphone, lo conectas a la corriente para que se cargue y pueda seguir funcionando en lo que ya se ha convertido en una acción cotidiana que hacemos casi sin reflexionar. Pero ¿y tú? ¿Cómo te recargas? ¿Eres consciente de lo importante que es mantener unos buenos niveles de energía para tu buen desempeño laboral? ¿Por qué a veces, a pesar de dedicar horas y esfuerzo, sigues teniendo la sensación de que no te ha cundido el día? Te explicamos qué es el ‘energy management’ y cómo usarlo a tu favor.

Por qué es importante gestionar nuestros niveles de energía

Nuestra energía es un recurso preciado al que a menudo no prestamos la atención que merece. De hecho, cuando el volumen de trabajo nos supera, en lugar de regular las energías, solemos responder dedicándole más horas.

Con frecuencia esto acaba conduciendo a un estado de agotamiento físico, mental y emocional y provoca que nos distraigamos más y rindamos menos, tal como se explica en el artículo Manage your energy, not your time (“Gestiona tu energía, no tu tiempo”) publicado en la revista Harvard Business Review.

Para no llegar a estas situaciones ni, a la larga, tener que lidiar con el temido burnout, Manel Fernández Jaria, profesor de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) especialista en bienestar laboral y coach de directivos y equipos, nos invita a que aprendamos a gestionar de manera intencionada y consciente nuestra energía. De este modo, “estaremos potenciando nuestra conexión emocional con el proyecto, el equipo y el liderazgo, además de con el propósito de lo que estamos haciendo”. Una buena gestión de nuestro nivel de energía nos permite:

  • Incrementar el rendimiento y la productividad
  • Ser más creativos
  • Mejorar la participación y el compromiso con la empresa
  • Implicarnos de lleno en nuestro proyecto y conseguir nuestros objetivos
  • Ejercer una influencia positiva sobre el resto del equipo

Teletrabajo: a distancia también necesitamos energy management

El teletrabajo supone cambios radicales en muchos de nuestros hábitos vitales y es un reto para aquellos trabajadores que no lo practican con regularidad o no se sienten cómodos trabajando desde casa ya que, a menudo, ante la dificultad de gestionar y adaptarse a esta nueva situación, tienden a trabajar más horas y a ver perjudicado su bienestar laboral e incluso a experimentar situaciones de estrés. Y es que, tal como explica Fernández, “no es solamente llevarse un ordenador a casa, sino que requiere estrategia y diseñar bien todas las áreas para sentirse bien y conectado”.

En este contexto, que nos mantiene físicamente alejados de nuestros compañeros y muchas veces sin los recursos técnicos adecuados, podemos acabar sufriendo, según el profesor de la UOC:

  • Tecnoestrés, es decir, el estrés derivado por la incapacidad para gestionar de manera saludable las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC)
  • Incapacidad para desconectar
  • Sensación de que no estar aportando lo suficiente a la empresa

¿Cómo mejorar la gestión de nuestra energía?

Para mantenernos “enchufados” y que no decaiga nuestra energía, hay varias áreas que debemos trabajar de manera transversal mientras desarrollamos un proyecto concreto o realizamos nuestras tareas del día a día:

1. Cuida los hábitos y… ¡descansa!

Para cuidar de nuestra salud y nuestro nivel de energía, lo primero en lo que debemos pensar es en alimentarnos de manera saludable, pero también practicar deporte de manera habitual, pues favorece la producción de dopamina y nos ayuda a liberarnos del estrés. Podemos incluir el ejercicio y el movimiento en nuestras tareas diarias de manera consciente: ir andando a la oficina, atender llamadas mientras caminas, subir por las escaleras en lugar del ascensor o trabajar de pie durante un rato.

Y para reducir la tensión y las dificultades para concentrarte, no te olvides de descansar:

  • Establece sesiones de trabajo de 90 a 120 minutos, separados por descansos de 15-30 minutos.
  • Durante estos descansos, aprovecha para apartar la vista del ordenador, caminar, tomar el aire, respirar profundamente y relajarte.
  • Evita los elementos que te distraen de tener un sueño reparador, como los móviles y tabletas, y asegúrate de dormir lo suficiente.

2. Mantén el foco

Es importante, explica el coach, “comprobar si realmente estás haciendo aquello que quieres hacer o te estás ‘enredando’ en cosas que parece que sean significativas, pero en realidad no lo son y no te ayudan a avanzar”. Hay que huir del verbo “enredarse” e ir hacia el verbo “focalizarse”. Para ello, Fernández sugiere distinguir entre tres tipos de tareas y saber distribuirlas de manera correcta:

  • Roca: Son aquellas tareas de vital importancia y que, pase lo que pase, no puedes quitar de la agenda.
  • De avance: Te acercan a tu objetivo. Puedes dejarlas en stand by momentáneamente, pero debes ir volviendo a ellas de forma recurrente.
  • Hippy: Aquellas que tienen un carácter más ligero y de entretenimiento, como revisar las redes sociales o leer otros contenidos que te puedan interesar.

“Si empiezas la jornada laboral con tareas hippy, la acabarás sin energía para enfrentar las tareas roca”, dice. Por eso, empieza por aquellas tareas que requieran un mayor esfuerzo de concentración y atención y evita la multitarea. En este sentido, puede serte útil conocer en qué momento del día sueles experimentar picos de energía, para poder dedicarte a las tareas más complejas en el momento en que rindas más.

3. Evita los ladrones de energía

A menudo tendemos a aplazar las tareas pendientes, pensando que trabajamos mejor bajo presión y con la fecha límite pisándonos los talones. Sabemos que es un error y que al sucumbir a la procrastinación lo único que estamos haciendo es descargar nuestras baterías y perder nuestro preciado tiempo. Para evitarlo, olvídate del “ya lo haré mañana” y deja de procrastinar.

Fernández añade otros tres elementos que merman nuestra energía y que, lamentablemente, son habituales en el entorno laboral: “La crítica, la envidia y la queja, tres venenos que afectan a los proyectos y a los equipos, porque conectan con el ego de las personas”, afirma. Su consejo: aléjate de ellos, toma conciencia de que proponer sale más a cuenta que criticar o quejarse, y toma conciencia de tus decisiones para ser consecuente y así focalizar tu energía en lo verdaderamente importante.

4. Gestiona las emociones

Emociones como el miedo o la ansiedad impactan en nuestro rendimiento, por eso es muy importante trabajar esas creencias que nos limitan”, recuerda el profesor. Dicho de otra forma, debemos tratar de deshacernos de pensamientos como “no voy a tener éxito” o “mi propuesta no va a gustar” y de las emociones negativas para evitar un desgaste innecesario.

Para controlar este aspecto, el coach recomienda trabajar tu autoexigencia y utilizar herramientas que te ayuden a ganar confianza, como dar visibilidad y compartir esos pequeños logros y victorias que vayas consiguiendo.

5. Trabaja el pensamiento flexible y conecta con tu interior

Para cargar nuestras baterías, Fernández recuerda la importancia de aprender a calmar la mente. ¿Cómo llevarlo a cabo? A través de prácticas como la meditación, el yoga o el mindfulness que, según afirma, “parece una palabra muy grande, pero simplemente hace referencia a estar presente en el momento, para ver las cosas con mayor claridad”.

A falta de cargadores que te enchufen a la corriente, estas pautas te ayudarán a conseguir justo lo que necesitas: conectar con tu cuerpo y restaurar tu energía aprendiendo a controlarla para rendir más. Y, sobre todo, y esto es lo más importante, a seguir cultivando tu bienestar, también en el entorno laboral.

Foto de WTTJ

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