Las 3 claves para causar buena impresión en tu nuevo trabajo

23. 7. 2020

4 min.

Las 3 claves para causar buena impresión en tu nuevo trabajo
autor
Javier Lacort

Redactor freelance especializado en tecnología y startups

Es tu primer día en la empresa. Si tienes cierta timidez, es posible que lo pases pegado a la pared como un calendario, para no llamar la atención, y que esa táctica te lleve a apagar el interruptor de la luz sin darte cuenta, arruinando tu plan de camuflaje. Y si bien todos tememos pasarnos de graciosos, de extrovertidos o de motivados en nuestros primeros días, dejar que la timidez nos supere también puede tener efectos negativos de cara a dar una buena impresión, tanto hacia nuestro jefe como hacia nuestros compañeros. Para evitarlo, te damos una serie de pautas a tener en cuenta que te ayudarán a encajar a la perfección en tu nuevo equipo.

La relación con tus superiores: aprende a interactuar con tu jefe

La interacción con tu superior no es únicamente una mecánica de obediencia donde uno dicta y el otro ejecuta, sino que lo ideal es establecer una relación profesional saludable. Esto no solo mejorará la interacción entre vosotros, sino también tu desempeño profesional y, en última instancia, la imagen que tu jefe tiene de ti.

Para empezar a desarrollar esta relación, lo primero es fijarse en cómo se comunica con los miembros de su equipo y qué patrones sigue en función de diferentes escenarios: principio y final de semana (o de mes o trimestre, cuando ya llevemos algo más de tiempo en la empresa), la manera en la que se relaciona con su superior, etc. También deberás tomar nota de cuándo se muestra más o menos disponible y cómo reacciona a las noticias, tanto buenas como malas.

Cuanto más conozcas y entiendas a tu jefe, más sencillos te resultarán la comunicación y el trabajo en equipo con él. A medida en que vaya pasando el tiempo, la relación irá automatizándose y funcionará como una máquina bien engrasada. Evidentemente, no se trata de que tu jefe sea tu colega (algo que, de hecho, podría generar tensiones con otros compañeros), sino de forjar una relación que te permita sacar lo mejor de ti en tu puesto.

Trabaja la relación con tus compañeros desde el primer día

Explica en qué consiste tu trabajo

Lo primero que debes tener en cuenta es que, al aterrizar en una nueva empresa, es posible que algunos compañeros no tengan claro exactamente cuál va a ser tu rol y a qué vas a dedicar las horas. Este desconocimiento puede dificultar el camino entre ser percibido como “alguien que trabaja para la misma empresa” y acabar siendo un compañero más dentro del equipo.

Pero romper esta barrera puede ser tan sencillo como describirles claramente tu puesto, tus responsabilidades y tus tareas habituales del día a día. Esto también puede servir para mostrarte disponible ante ellos y abierto a echarles una mano si lo necesitan en algún momento, aunque no trabajéis codo con codo sino en proyectos o departamentos separados.

Plantea cómo van a ser tus relaciones con el equipo

Para agilizar la conexión con tu equipo y el resto de compañeros, puedes preguntar cómo se habían estado organizando entre ellos hasta el momento (es posible que no sea el mismo método que habías previsto o que seguías en tu anterior empresa). Aprender lo que hacían los que estaban antes que tú suele ser una señal de respeto, aunque luego puedas proponer mejoras si lo crees necesario.

Para ayudaros a engranar el trabajo en equipo desde el primer momento, descubrir qué expectativas tienen esos compañeros sobre ti y sobre tu función en la empresa puede ser especialmente útil. De la misma forma, puedes empezar por descubrir qué necesitarás de cada uno de ellos para desarrollar tu trabajo en el día a día. Pregúntate cuál será tu papel exacto en la empresa y apóyate en el resto del equipo desde el primer momento.

Refuerza las relaciones personales

Es bastante complicado que en tu primera media hora memorices los nombres de todos tus compañeros, y seguramente te confundas o te quedes en blanco al dirigirte a alguien. Es normal y todos solemos mostrarnos comprensivos cuando se producen este tipo de situaciones con los recién llegados. Pero para prevenir que las situaciones incómodas se alarguen en el tiempo, dale a aprender los nombres de tus nuevos compañeros la importancia que merece. Si es necesario, no dudes en hacerte una pequeña chuleta con el nombre y el cargo de cada uno.

Hay muchas más ideas, como llegar en tu segundo día con algo para ofrecer como desayuno al resto de tus compañeros, a modo de bienvenida, o proponerles tomar algo después del trabajo para mejorar tu relación personal con ellos. Todo dependerá de con qué te sientes más cómodo y crees que encaja mejor con el ambiente de la empresa.

Bonus point: presta atención a las dinámicas de la empresa

Aunque todos seamos más o menos conscientes de lo que se espera de nuestro comportamiento en el ámbito profesional, esto puede variar ligeramente de una empresa a otra, por lo que es importante que prestemos especial atención a las dinámicas durante los primeros días.

Más allá de evitar actitudes a todas luces molestas para los demás compañeros, como hacer chasquidos con la lengua, comer o beber haciendo ruido, bostezar exageradamente o usar el móvil teniendo activado el sonido de las teclas, te recomendamos fijarte en:

  • Cómo se saludan y se despiden: ¿es corriente saludar a todo el mundo al llegar, o por el contrario los demás tienden a sentarse directamente y dejan los saludos para el momento de la primera pausa?
  • Cuánto tiempo suelen dedicar tus compañeros a las pausas (para tomar café, para comer…)
  • Qué uso observas del teléfono personal: ¿suelen usarlo durante las horas de trabajo puntualmente o no lo sacan del bolsillo hasta que hacen una pausa?)

Otro punto importante, especialmente durante los primeros días: sé puntual. Siempre es aconsejable, pero lo es más cuando has de cultivar una relación profesional. No serlo puede mandar un mensaje erróneo de hasta qué punto respetas el tiempo de los demás, lo que puede despertar antipatías entre tus compañeros o causarte problemas con tus responsables.

Si quieres encajar en un nuevo equipo, ante nuevos jefes y con un contexto distinto al que quizás tenías en tu anterior empleo, es sagrado repensar y cuidar nuestras acciones cotidianas. Quizás tras cinco años de compadreo y relación personal sea aceptable tener un mal día y no ser demasiado cortés, pero cuando se acaba de llegar a una nueva empresa, todo aquello que hagamos puede condicionar nuestra integración a largo plazo. Pero no sufras: muéstrate receptivo y demuestra que han contratado al mejor candidato y todo irá bien.

Foto de WTTJ

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