¿Quién dijo pandemia? La experiencia de dos emprendedoras durante la crisis

11. 6. 2020

6 min.

¿Quién dijo pandemia? La experiencia de dos emprendedoras durante la crisis
autor
Ivo Cabral

Periodista freelance

El año 2020 no está siendo precisamente sencillo. La epidemia del coronavirus, con su consiguiente confinamiento, ha llevado a miles de personas a quedarse sin trabajo, mientras que otros han tenido que cerrar sus empresas ante la congelación de la actividad económica. Sin embargo, hay quien ha aprovechado al máximo este período de pausa para acabar de dar forma a sus ideas y lanzar sus propias empresas. En Welcome to the Jungle, hemos hablado con Sofía Lázaro y Lluvia Caron, dos emprendedoras que decidieron que el coronavirus no iba a detener sus planes.

Sofía y Lluvia no son las únicas que se han lanzado a emprender durante la crisis del coronavirus. Sin ir más lejos, en marzo de este año se crearon 6.767 empresas, mientras que en abril se registraron 9.640 nuevos autónomos. Una muestra de que la vida no se ha paralizado por completo.

Sin embargo, tampoco hay que lanzar las campanas al vuelo: la situación sigue siendo muy complicada. Por ejemplo, el dato de creación de empresas es un 28,3% inferior al del mismo mes de marzo en 2019. En cuanto a los autónomos, a pesar de las cifras positivas de abril, la tasa de registrados total es de casi 60.000 menos que en abril del año pasado y la mayoría provienen de comunidades autónomas donde el peso del turismo es importante (Andalucía, Comunidad Valenciana y Baleares). Es por ello que desde la organización de autónomos ATA vaticinan que en los próximos meses la cantidad de autónomos volverá a bajar. “La demanda es muy escasa, las ventas están muy mal y los meses de inactividad van a empezar a pasar factura a muchos autónomos”.

Dos proyectos nacidos en mitad de la crisis

Que la situación sea más complicada de lo habitual no significa que haya que tirar la toalla. Sofía y Lluvia son dos buenos ejemplos de ello. En abril de 2020, Sofía lanzaba Terraconta, su propia agencia de marketing y comunicación, desde un pueblecito de poco más de cien habitantes en el Pirineo aragonés. La agencia nace con una inspiración especial en la naturaleza de las montañas que rodean el hogar y oficina de Sofía y con un enfoque especial en las empresas del mundo rural. “Decidí que quería emprender y utilizar mis conocimientos y mi tiempo en dar valor a este entorno que tanto nos ofrece. En definitiva, unir mi profesión con mi pasión por la vida en el pueblo”, resume.

“Decidí que quería emprender y utilizar mis conocimientos y mi tiempo en dar valor a este entorno que tanto nos ofrece. En definitiva, unir mi profesión con mi pasión por la vida en el pueblo” - Sofía Lázaro, fundadora de Terraconta

Por su parte, Lluvia decidió lanzarse en mayo. Con el boca a boca y una cuenta de Instagram como únicas herramientas de promoción, creaba Lamanodemasa, su pequeño proyecto de elaboración de pasta rellena vegana, que entrega a domicilio en Barcelona. Se trata de pequeñas creaciones imaginativas de diferentes formas y sabores que ella misma amasa. “Me encanta pensar que cada ración vivirá una historia diferente: comidas de domingo, cenas especiales con algún ligue, o una alegría al regresar del trabajo tras un mal día”, fantasea.

¿Qué hacían antes de emprender?

Meses antes de que se desatara la recesión, Sofía trabajaba en el departamento de comunicación de una empresa de maquinaria agrícola, pero la idea de montar esta empresa le venía rondando la cabeza ya desde hace algún tiempo. Según explica, en el último año comenzó a sentirse desmotivada trabajando para otros y empleándose a fondo en proyectos que no siempre estaban alineados con sus valores y aptitudes. Quería pasar más tiempo en casa y trabajar en las horas en las que se considera más productiva. “Así que decidí intentar tomarme mi vida profesional de otro modo y montar mi propio negocio”, concluye.

El caso de Lluvia es algo diferente. Desde hacía unos meses ya había comenzado a dar sus primeros pasos en un pequeño negocio de gastronomía vegana, montando cenas privadas y talleres de “cocina consciente”, un enfoque en una alimentación que usa alimentos frescos y naturales. Pero todo se fue al traste al quedar prohibidas las reuniones físicas. El modelo de negocio que había previsto ya no funcionaba, con lo que tuvo que darle una vuelta. Así surgió Lamanodemasa.

“Primero fue un golpe muy duro, ya que vi cómo se derrumbaban todos los planes y todo el esfuerzo e ilusión que había generado durante el último tiempo: haciendo planes, organizando, buscando localizaciones y comensales. Pasé unos días con ansiedad e incertidumbre por todo lo que trajo el Covid-19, hasta que surgió esta idea, en parte por mi pasión por la pasta, pero también por la necesidad de subsistir económicamente”, explica.

“Fue un golpe muy duro, ya que vi cómo se derrumbaban todos los planes y todo el esfuerzo e ilusión que había generado durante el último tiempo. Hasta que surgió esta idea, en parte por mi pasión por la pasta, pero también por la necesidad de subsistir económicamente” - Lluvia Caron, fundadora de Lamanodemasa

¿Por qué arriesgarse a pesar de la crisis?

Es muy posible que el coronavirus haya mandado al traste los planes de muchos emprendedores que estaban preparándose para lanzarse al mercado a principios de este año.

Sofía podría haber hecho lo mismo. De hecho, cuando estalló la crisis del coronavirus en España, estaba a punto de hacerse autónoma. Pero se negó a tirar la toalla. “Decidí que no iba a cambiar mis planes y que quizás hasta podía interpretar este cambio de paradigma como un buen momento para empezar algo nuevo”, explica.

Tras un par de meses de actividad, dice haber encontrado en esta crisis un estupendo nicho de oportunidad, ya que la sociedad parece estar más abierta a nuevas propuestas. “Los proyectos que nacen ahora tienen más posibilidades de ser tenidos en cuenta que los que vieron la luz antes de la crisis, tanto por los clientes objetivos, como por instituciones, y por posibles socios o inversores. Estamos con la mente abierta al cambio y somos ahora más flexibles que nunca”, relata.

“Decidí que no iba a cambiar mis planes y que quizás hasta podía interpretar este cambio de paradigma como un buen momento para empezar algo nuevo” - Sofía Lázaro

Por su parte, cuando le preguntamos a Lluvia por qué lanzar esto en un momento tan complicado y no esperar a que las aguas se calmen un poco, responde tajante y casi sorprendida por la pregunta: “No quiero que se me pase la vida esperando un momento idóneo que no tenemos certeza que existirá”. Es decir, para qué esperar si tienes una buena idea y ganas de llevarla a cabo. En su primera publicación de Instagram, en la que presentaba su negocio, Lluvia decía incluso que su proyecto había nacido “gracias” a la crisis.

¿Cuál está siendo su resultado en estas primeras semanas?

Al emprender, los comienzos nunca son sencillos. Lleva un tiempo darse a conocer, conseguir una cartera de clientes estable y encontrar la clave con la que desarrollar un modelo de negocio rentable y sostenible. Si ya es difícil lanzarse en tiempos normales, hacerlo durante una de las peores crisis de las últimas décadas parece todavía más difícil.

Sin embargo, la experiencia de Sofía está siendo positiva por el momento. “Pensaba que estos primeros meses haría más labor comercial, de búsqueda de clientes, de desarrollo de mi plan de marketing y de momento no he podido ponerme apenas con todo eso. Me han surgido clientes por lazos personales y profesionales del pasado y muchos de ellos con necesidades de digitalización impuestas por la crisis del Covid”, explica. En sus redes sociales, muestra por ejemplo las primeras webs que ha diseñado para empresas que se están lanzando a aprovechar el éxito repentino de la venta a distancia.

Por su parte, en sus primeras semanas al frente de Lamanodemasa, Lluvia todavía es prudente y dice que aún es muy pronto para valorar si todo el esfuerzo que está poniendo en su proyecto merecerá la pena. Pero a juzgar por las publicaciones que va colgando en su cuenta de Instagram, en las que cuenta el día a día del proyecto, las cosas parecen estarle yendo bien. En las últimas semanas ha vendido toda su producción de pasta vegetal hecha a mano y en una de sus últimas publicaciones posa orgullosa con el último pedido que ha hecho: un saco de 50 kilos de harina, una muestra de que va aumentando la producción gracias a las buenas ventas.

Por ahora, como buena emprendedora, Lluvia es su propia cocinera, secretaria, repartidora y community manager, pero ya sueña con el día “no muy lejano” en que podrá delegar la mayor parte de estas tareas a sus futuros empleados y dedicarse a la parte que más le gusta: cocinar.

Tanto Lluvia como Sofía han tirado de creatividad para capear el temporal y lanzar sus proyectos en medio de uno de los momentos más delicados de las últimas décadas. Sus dos apuestas demuestran no solo que en estos tiempos convulsos hay lugar para la creación, sino que podemos aprovechar estos cambios para dar luz a ideas diferentes. Y es que, si los monitores de gimnasio a distancia o las empresas de paquetería han visto una oportunidad durante la crisis, es porque existen. Por eso, los cambios que traen la desescalada y la nueva normalidad seguro que traerán muchas más.

Foto de WTTJ

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