Irse a trabajar a París

03. 4. 2019

9 min.

Irse a trabajar a París
autor
Anouk Renouvel

Freelance @ Communication numérique

París, la ciudad de las luces, la ciudad del amor… La capital francesa, una de las ciudades que más invita a soñar en todo el mundo, no necesita presentaciones. Sin embargo, sus habitantes no necesariamente ven la vida color de rosa. Para que ese no sea tu caso, aquí te contamos todo lo que necesitas saber para que tu experiencia parisina sea un éxito.

El mercado laboral

La tasa de desempleo de la capital francesa bajó levemente en 2018 para situarse en un 8,4%, es decir, un poco por debajo de la media nacional. Hoy en día, Francia es todavía un país bastante centralizado en la capital, lo que hace que París y la región parisina sean los lugares privilegiados para encontrar empleo. La actividad en la región representa el 31% del PIB nacional y tiene la mayor concentración de altos ejecutivos, que constituyen un 33% de los habitantes, debido a la presencia de las sedes sociales de grandes empresas francesas e internacionales (muchas de ellas en el distrito financiero de La Défense), los diferentes ministerios y las principales instituciones.

Así que, si quieres trabajar en París, adapta tu currículum al estilo francés: incluye tu foto, experiencia profesional, estudios y diplomas, aficiones y habilidades, y todo en una sola página, por favor. Prepara tus cartas de presentación sin errores ortográficos ni tipográficos, traduce tu perfil de LinkedIn al francés y ya estarás listo para empezar. Tendrás que convertirte en un experto en entrevistas, pues es habitual tener varias (mínimo dos, sin tener en cuenta la primera entrevista telefónica) antes de ser contratado. Es un verdadero viacrucis, al que hay que agregar el período de prueba, pero todo esto solo hará que la victoria sea más dulce. Además, si bien es cierto que París es el destino turístico más popular del mundo, deberás cuidar tu nivel de francés en tus solicitudes, tanto oral como escrito, ya que este será un punto decisivo.

Por otro lado, hay una buena noticia para los empresarios francófonos, y es que París es ahora la capital europea de las start-ups, superando incluso a su vecina y contrincante británica, Londres. De hecho, numerosas incubadoras de empresas han abierto sus puertas por todo lo alto en la capital, como Station F (la incubadora de empresas más grande del mundo, nada más y nada menos) en el distrito 13, y Cargo, en el distrito 19, por nombrar algunas. En total, más de 100.000 metros cuadrados son consagrados a estos retoños parisinos, que generan aproximadamente 5.000 puestos de trabajo (o más) al año.

Los sectores que más contratan

  • El turismo: como mencionamos anteriormente, París es una ciudad que atrae a las multitudes. Más de 25 millones de turistas se han hecho selfies con la Torre Eiffel desde el 1 de enero de 2018.
  • La comunicación: los salarios comienzan en unos 26.000 euros anuales para los responsables de comunicación junior.
  • La informática: al igual que en el resto del mundo, hay una alta demanda de técnicos informáticos. Por esta razón, pueden aspirar a un salario inicial de 40.000 euros anuales, que puede aumentar rápidamente.
  • La investigación: de promedio, los investigadores pueden ganar unos 45.000 euros al año.
  • Las finanzas: los agentes de bolsa pueden ganar entre 50.000 y 100.000 euros al año.
  • La medicina: los enfermeros pueden ganar alrededor de 1.600 euros mensuales.

La vida laboral

En general, la hora de llegada es entre las 9 y las 10 de la mañana, y la salida es entre las 6 y las 7 de la tarde. A veces puede ser difícil llegar a tiempo debido a una red de transporte público impredecible, en especial si se utiliza alguna de las líneas de trenes RER. Por eso, te aconsejamos salir siempre con antelación, aunque las empresas suelen tolerar unos minutos de retraso. La pausa para comer es de una hora (dos en el mes de agosto) y es común disfrutarla con tus colegas y comer en el exterior gracias a los tiques restaurante (vales de comida), que son reembolsados en un 50% por la empresa.

Aunque se habla mucho de la jornada laboral de 35 horas, lo más probable es que obtengas un contrato de 39 horas y que tus semanas de trabajo sean de 40 horas o incluso más. En teoría, se supone que la empresa remunera estas horas adicionales, pero en la práctica, mejor que te olvides o las pidas en forma de días libres adicionales. Lamentablemente, la capital francesa también se ve muy afectada por el problema (muy francés) del presentismo laboral. Amélia, joven comunicadora que hizo sus estudios en Lyon y se mudó a París hace tres años, cuenta: “Había ocasiones en las que había terminado mi trabajo a las 5 de la tarde, pero era imposible irse antes de las 7 o 7 y media sin recibir un comentario del tipo ‘¿ah, te tomas la tarde libre?’. Resulta muy molesto, pero me imagino que depende de la empresa”. Respecto al estrés, agrega: “En realidad, varía según la agencia. A veces el equipo está estresado todos los días y eso se puede volver rápidamente insoportable”.

Antes de comprometerte a firmar un CDI (contrato de duración indeterminada, ndrl), intenta tantear un poco el terreno para tener una idea del ambiente general de la empresa. Bryan, un asesor inmobiliario de Estados Unidos que se instaló en París hace más de cinco años, comenta que todavía le cuesta acostumbrarse a las conductas sociales made in France: “Cuando conoces a nuevas personas en el marco laboral, a veces no sabes si debes estrecharles la mano o darles un beso”.

“Había ocasiones en las que había terminado mi trabajo a las 5 de la tarde, pero era imposible irse antes de las 7 o 7 y media sin recibir un comentario del tipo ‘¿ah, te tomas la tarde libre?’”, cuenta Amélia.

Los pros de trabajar en París

  • Vivir en la ciudad más hermosa del mundo (haters gonna hate, pero los que viven ahí saben que es cierto).
  • Poder comer buen pan, queso, croissants de mantequilla y tomar vino todos los días, ¡porque en Francia es lo normal!
  • Vivir en un país con Seguridad Social, lo que te da derecho a un reembolso (parcial, al menos) de las consultas médicas, a un subsidio de desempleo si te despiden y a cotizaciones para tu jubilación.
  • Un salario mínimo bruto de casi 1.500 euros en 2018, por 35 horas semanales.
  • Precisamente, la semana de trabajo es, oficialmente, de 35 horas.
  • Tener derecho a una baja por maternidad de 16 semanas (mínimo), que pueden ser más en función de las condiciones fijadas por la empresa o el número de hijos que tienes. Los padres, por su parte, tienen derecho a 11 días de baja después del nacimiento (un aspecto que se podría mejorar, pero algo es algo).

“Lo mejor son las cinco semanas de vacaciones pagadas, que permiten a los franceses pasar tiempo con su familia, disfrutar de sus aficiones, aprender algo nuevo o hasta hacer deporte”, según Bryan. Chloé, una australiana que se mudó a la capital francesa para hacer unas prácticas en informática, comenta entusiasmada: “¡Es una ciudad verdaderamente multicultural! Hay muchas opciones diferentes, por ejemplo en gastronomía: un día puedes comer comida tibetana, el otro senegalesa y el tercero argentina, ¡es increíble!”.

Los contras de trabajar en París

  • Según según el informe sobre el coste de vida global publicado por el semanario británico The Economist, París es la ciudad más cara del mundo, puesto que comparte con Singapur y Hong Kong.
  • París ocupa el 19º lugar en el ranking de las mejores ciudades para vivir (pero era la 32º en 2017, así que hay que reconocer un gran avance).
  • Para los extranjeros, se queda en el 49º puesto (de 51) de las mejores ciudades para vivir. ¡Vaya!
  • Los parisinos.
  • Los turistas.
  • Chloé precisa también que París “es una ciudad sucia”.

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La Opera Garnier - Paris

¿A quién le puede gustar la ciudad?

Aunque París tiene esa imagen de ciudad hermosa y romántica en la que todos se pasean con boinas mientras comen baguettes, esto no siempre se ajusta a la realidad. Sí, es cierto que París es una ciudad muy bella, con sus edificios de estilo Haussmann, sus barrios pintorescos (como Montmartre) y sus bares típicos, pero vivir allí puede resultar un poco más difícil de lo imaginado para los recién llegados. Amélia explica que “los parisinos no son muy acogedores: de hecho, pueden ser francamente desagradables, por ejemplo, en el transporte. También me fue muy difícil hacer amigos al llegar, porque se encierran en su círculo”. Por su parte, Chloé agrega que no es que los parisinos no hablen inglés, “sino que a veces parece que fingen no hablarlo para no tener que charlar con los turistas”.

Dicho esto, la ciudad, como toda metrópolis que se respete, ofrece todo un abanico de actividades de ocio: restaurantes, panaderías y cafés a montones, además de museos y galerías en exceso, barrios típicos en los que pasear y productos para satisfacer a todos los adictos a las compras, de todos los precios. La vida nocturna también se ha revigorizado en los últimos años y hay alternativas para satisfacer a los noctámbulos de todos los gustos. Hay incontables obras de teatro, espectáculos y comedias en vivo, además de conciertos todas las noches y un sinfín de bares, discotecas, fiestas clandestinas y todo lo que se te pueda ocurrir. Lo único que quizá falte son verdaderos espacios verdes para recargar las pilas: “Los parques desbordan de gente cuando aparece el más mínimo rayo de sol, así que no es posible relajarse de verdad”, explica Chloé. En pocas palabras, es esencial no ser agorafóbico y ¡saber imponerse!

“Los parisinos no son muy acogedores: de hecho, pueden ser francamente desagradables, por ejemplo, en el transporte. También me fue muy difícil hacer amigos al llegar, porque se encierran en su círculo”.

Información práctica

El alquiler

París es una ciudad cara y eso se nota particularmente en los alquileres, que son de aproximadamente 30 euros por metro cuadrado. La Ley de regulación del alquiler intentó delimitar los precios, pero finalmente fue anulada. Resultado: los propietarios son los reyes. Encontrar tu nido en la capital no es cosa fácil: la competencia es ruda y los documentos solicitados son cada vez más exigentes. Busca buenas ofertas en páginas como Le Bon Coin o en PAP, y prepárate para imprimir cientos de papeles (que nos perdone el medio ambiente): tus tres últimas nóminas, las tres últimas nóminas de tus padres o de tu aval, un depósito equivalente a uno o dos meses de alquiler, tu notificación tributaria y la de tus padres o aval, una promesa de empleo si estás a punto de comenzar un nuevo trabajo, un certificado de que ya no estás en período de prueba si ya tienes un contrato… Pero después de esta laboriosa búsqueda, encontrarás la joya escondida y ¡tendrás muchas anécdotas inmobiliarias para contar en las fiestas! Otra opción es vivir en las afueras, lo que te permitirá tener un apartamento más grande a un menor precio, a condición de pasar más tiempo en el transporte público. Cabe añadir que, en la mayoría de los casos, también te tocará pagar los gastos de agua y de electricidad.

La salud

Francia, el país de los Derechos Humanos y de la sagrada Seguridad Social, pero no libre de papeleo, eso sí. Para los ciudadanos europeos, es posible elegir entre conservar el régimen de seguridad social de su país o inscribirse al régimen francés. El resto de los ciudadanos pueden ser beneficiarios de PUMA (es decir, de la Protección Universal de Enfermedad, ¡no de las zapatillas de deporte!). Si eres asalariado, tu empresa se encargará de darte un número de seguridad social y, en caso contrario, tendrás que concertar una cita en la CPAM (Caja Primaria de Seguro de Enfermedad) para inscribirte. Después, deberás encontrar un médico de cabecera y tus consultas serán reembolsadas en hasta un 70% (100% para las mujeres con más de seis meses de embarazo). Nota: para ser reembolsado, deberás consultar a tu médico de cabecera antes de ver a un médico especialista (oftalmólogo, ginecólogo, etc.). Por otra parte, los medicamentos se reembolsan de un 15 a un 100%.

Los transportes

¡La tarjeta Navigo va a ser tu mejor amiga! Por 75,20 euros mensuales, ¡podrás viajar por todas las zonas! Esta tarjeta también te da derecho a utilizar la red de autobuses nocturnos, llamados Noctiliens, que circulan hasta las cinco de la mañana, aunque las personas que los frecuentan suelen estar más bien “alegres”. También puedes tener una suscripción a las bicicletas Velib’ y respirar el dulce aire (bastante contaminado, eso sí) de la ciudad de camino al trabajo. Pedalear te costará tan solo unos 30 euros al año (los primeros 30 minutos son gratuitos y después debes pagar un euro por cada media hora adicional), aunque los más perezosos deberán pagar unos 100 euros anuales si quieren utilizar las Velib’ eléctricas. Te aconsejamos que no utilices tu coche, a no ser que quieras poner en riesgo tu salud mental.

Internet y teléfonos móviles

Encontrarás ofertas telefónicas a partir de 2 euros al mes, pero si eres adicto a Instagram y Facebook, entonces es mejor que calcules más de 10 euros. También puedes encontrar ofertas que incluyan Internet, televisión y teléfono fijo a partir de 20 euros al mes, si vas a la caza de las promociones especiales de las diferentes operadoras.

Información sobre visados

Francia ofrece numerosos tipos de visados para los extranjeros: tarjetas temporales de residencia, tarjetas de residencia plurianuales, tarjetas de residencia permanente (después de 10 años de vivir en el país), tarjetas de residencia para europeos, visados para estudiar o hacer prácticas, etc. Puedes encontrar toda la información que necesitas sobre visados haciendo clic aquí y también aquí. En cualquier caso, necesitarás que tu pasaporte esté al día, un extracto de tu certificado de nacimiento, justificantes de tu estancia en Francia (promesa de empleo o de prácticas) y algo de dinero: el precio de los visados varía de 60 a 269 euros, según la situación. También necesitarás ir a la OFII (la Oficina Francesa de la Inmigración y la Integración) cuando llegues a Francia para finalizar todos los trámites.

¡Listo! Ahora ya sabes todo lo que necesitas para poder mudarte con éxito a la capital francesa y ¡vivir tu propia aventura parisina!

Fotos: Thomas Decamps

Traducido por Andreína Gil Cabrera

¿Siempre has querido irte a trabajar a otra ciudad? En Work In, una serie de guías en inglés sobre varias ciudades europeas, encontrarás artículos y vídeos con todo lo que necesitas saber para instalarte en tu nueva ciudad. Primera parada: Barcelona.

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