Emplear a refugiados en la cocina, el proyecto de Les Cuistots Migrateurs

01. 4. 2019

5 min.

Emplear a refugiados en la cocina, el proyecto de Les Cuistots Migrateurs

Rashid es iraní, Faaeq es sirio y Fariza es chechena. ¿Qué tienen todos en común? Que fueron contratados por Sébastien Prunier y Louis Jacquot para una empresa de catering que no es como las demás.

Sébastien pasó algunos años trabajando en finanzas y Louis en comunicación antes de que ambos decidieran crear su propio proyecto: Les Cuistots Migrateurs (“los cocineros migratorios”). El nombre provoca una sonrisa y el proyecto apoya una causa solidaria, pero ¿cuál es la idea? Sencillamente, la de contratar chefs refugiados de todo el mundo para ofrecer a los clientes una cocina internacional, única y auténtica. Su sabor y su éxito son tales que “The New York Times” les dedicó un artículo tan solo unos meses después de su creación. Ahora nos toca a nosotros: encuentro con Louis, uno de los fundadores.

¿De dónde eres?

Soy originario de las pequeñas montañas de los Vosgos, en el este de Francia. Estudié en una escuela de comercio de Lyon y después entré en la Rouen Business School (que actualmente se llama NEOMA), con la intención de estudiar finanzas. Sin embargo, lo que de verdad me gustaba era la comunicación, el marketing y la creación de empresas, así que acabé especializándome en emprendimiento.

¿Qué hiciste después de graduarte?

Empecé a trabajar en una start-up que desarrollaba una aplicación móvil y después trabajé cuatro años en ISIC, una empresa que comercializa un carné de descuentos para estudiantes reconocido en todo el mundo. En ambos trabajos, me ocupaba de todo lo que relacionado con la web y diseño gráfico, pero, después de cuatro años, dije basta.

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Louis Jacquot - Les Cuistots migrateurs

¿Por qué decidiste dejarlo?

El diseño, la comunicación y el marketing me gustan mucho, pero tenía la sensación de estar haciendo siempre lo mismo. Quería tener una experiencia más rica, sentirme más útil e iniciar un proyecto que tuviera sentido, no solo para mí, sino también para los demás. El emprendimiento siempre me había llamado la atención y por eso dejé mi trabajo poniendo fin a mi contrato y empecé a pensar en qué podía hacer.

“Quería sentirme más útil e iniciar un proyecto que tuviera sentido, no solo para mí, sino también para los demás. El emprendimiento siempre me había llamado la atención”.

¿Cuál era tu idea en aquel momento? ¿Sabías qué ibas a hacer?

Lo único que sabía era que me encantaba cocinar, lo hacía siempre. Quería trabajar en un proyecto que girara en torno a la cocina y la restauración, pero no tenía una idea concreta en aquel momento. Trabajé en comunicación como autónomo durante un año antes de lanzarme de verdad y crear Les Cuistots Migrateurs.

¿Cómo se te ocurrió crear Les Cuistots Migrateurs?

Se me ocurrió hablando con un amigo de la escuela, Sébastien, que también quería cambiar de rumbo y trabajar en un proyecto que tuviera sentido. Decidimos trabajar juntos y empezamos a pensar en proyectos sobre cocina que tuvieran una dimensión social. Luego, la actualidad tuvo un impacto decisivo. Estábamos en septiembre de 2015, año en el que los medios de comunicación empezaron a hablar más sobre los refugiados. La inmigración era un tema diario, pero se trataba desde un ángulo poco atractivo. Nos preguntamos cómo podíamos darles a estas personas el valor que se merecían con los medios de los que disponíamos y la cocina fue la respuesta.

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Les cuistots migrateurs

¿Por qué?

La cocina es una ventana hacia otras culturas. Permite compartir, agrupar a las personas y poner a todos en un nivel de igualdad. Además, la hora de comer es a menudo un momento para compartir, un momento de calma y de reencuentro, y no debemos olvidar que los franceses son grandes amantes de la comida.

“La cocina es una ventana hacia otras culturas. Permite compartir, agrupar a las personas y poner a todos en un pie de igualdad”.

¿Cuáles fueron los primeros pasos para materializar este proyecto?

Nos reunimos con la asociación France Terre d’Asile (“Francia Tierra de Asilo”, ndrl) y con otras que trabajan para integrar a los refugiados, porque no sabíamos nada sobre el tema ni habíamos tenido contacto con ese sector. Todas las asociaciones nos dijeron que nuestro proyecto parecía poco factible: creían que iba a ser complicado trabajar con refugiados, que seguramente se encontrarían en un estado frágil debido a su situación.

Sin embargo, en diciembre de 2015, un evento organizado por un centro de acogida para solicitantes de asilo nos confirmó que nuestra idea podía funcionar. Los refugiados habían preparado distintos platos para esa noche. Había un bufé de tres kilómetros de largo con especialidades de todo el mundo e inmediatamente pensamos que debíamos dar a conocer a estas personas con tanto talento, porque sus habilidades tienen un valor incalculable.

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Les cuistots migrateurs

¿Cómo fueron los inicios?

En febrero de 2016, la organización sin fines de lucro MakeSense nos propuso a última hora ofrecer un servicio de catering para un evento de 30 personas. Teníamos solo una semana para encontrar un nombre, crear la empresa, hacer el logo y, la parte más difícil, ¡encontrar a un cocinero y elaborar el menú! No teníamos nada preparado, pero aceptamos. Cocinamos en mi casa y al final todo salió bien. Así fue como nació Les Cuistots Migrateurs.

¿Los cocineros trabajaban como chefs en su país?

No, en absoluto. Aparte de Rashid, que era cocinero en Irán, el resto en realidad son personas apasionadas que han trabajado en restaurantes, pero que no necesariamente han aprendido a cocinar de manera profesional. Por eso, la idea también es enseñarles el arte de cocinar como profesión, aunque cabe decir que son ellos los que aportan la mayoría de recetas. Un buen ejemplo es Faaeq, nuestro cocinero sirio. Él ha aprendido muchísimo con nosotros, ha mejorado sus recetas y ahora es chef. Se ocupa de sus propias recetas (como todos nuestros chefs) y hasta cierto punto dirige a los ayudantes de cocina: ha alcanzado un nivel profesional increíble.

Actualmente, todos nuestros chefs tienen un contrato indefinido a tiempo completo, cada vez tienen más responsabilidades y ¡el equipo sigue creciendo!

Los chefs son de 8 nacionalidades distintas, ¿cuáles son las ventajas y las desventajas de esta diversidad?

Todos están muy motivados y tienen muchas ganas de trabajar. Son personas valientes para las que es importante trabajar y hacer las cosas bien, así que, en realidad, ¡inconvenientes no hay ninguno! Está la barrera del idioma, pero eso es parte del proyecto. Nuestras pausas para comer son en francés, porque eso contribuye a la integración y para nosotros es importante no ser simplemente un proyecto de inserción, sino trabajar en la inclusión a largo plazo.

“Todos están muy motivados y tienen muchas ganas de trabajar. Son personas valientes para las que es importante hacer las cosas bien”.

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Les cuistots migrateurs

¿Qué es lo que has aprendido sobre ti mismo desde que iniciaste este proyecto?

Diría que más bien he aprendido de los demás. Yo no sabía quiénes eran estas personas, lo único de lo que había oído hablar era la “Jungla de Calais”. Tampoco participaba activamente en la causa de los refugiados. Quería hacerlo, pero nunca lo había hecho porque no sabía muy bien por dónde empezar. Ahora he conocido a personas con trayectorias increíbles. Su motivación es contagiosa y es algo que nos da mucha energía en el día a día.

¿Cuál es tu mayor satisfacción?

Saber que hay personas que han podido encontrar una vivienda y un empleo gracias al trabajo que Sébastien y yo hemos creado juntos.

Foto: WTTJ @Cuistots Migrateurs

Traducido por Andreína Gil Cabrera

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